Yankees y Mets dan la batalla por los playoffs

Con 30 juegos en el calendario, los equipos de Nueva York tienen margen para batallar por el boleto wild card y jugar pelota en octubre

A los Mets se les vino abajo el mundo con una lista de lesionados que dejó al equipo casi sin posibilidad de competir por algo.  Y los Yankees, por decisión propia, echaron abajo el rancho para propiciar un rescate financiero y lo dejaron todo en manos de un puñado de novatos en un mix que a todas luces era una apuesta arriesgada.

Tras la segunda semana de agosto los Mets estaban fuera. La carrera por la División estaba a 12 juegos de distancia de los Nacionales, sólidos hasta entonces y la batalla por uno de los dos boletos comodín lo dejaba todo reducido a un pasaje para cinco viajeros, puesto que Dodgers y San Francisco, en cualquier orden, parecen seguros por el ritmo que llevan y la consistencia de sus números.

Un panorama negro para los inquilinos del Citi Field que el 15 de agosto tenían 3-7 en sus recientes 10 juegos y con un penoso 59-59 estaban por debajo de siete equipos de la Liga Nacional, lo que es lo mismo decir, por debajo de cuatro en el camino del Wild Card.

Algo peor a la falta de Matt Harvey, Lucas Duda, David Wright y Juan Lagares se agregaron de pronto Yoenis Céspedes, Asdrúbal Cabrera y José Reyes.

Y entonces apareció…

Sí… como hace un año cuando llegó a Nueva York, de nuevo Céspedes ha empezado cambiar la suerte del equipo. Primero dejó el rastro de su poder y su liderazgo cuando regresó en San Francisco y los Mets ganaron dos de cuatro en la Bahía para convencerse de que con toda la tropa disponible podían dar batalla. Y volvió Cabrera bateando arriba de .400 y Reyes trajo de vuelta la velocidad a las bases y su bate oportuno.

Desde entonces los Mets le ganaron dos de tres a Cardenales en el Busch Stadium y dos de tres a Filis en el inicio de una serie de 10 en casa en la que pueden cambiar su suerte.

Anoche jugaban el segundo ante Marlins, uno de los rivales directos por la supervivencia y a los que vencieron el lunes en el primer juego ante el temido pitcher cubano José Fernández.

Un triunfo vivificante que elevó la adrenalina y le subió a la ambición de todos.

Un triunfo cortesía de Yoenis Céspedes que con un bombazo descomunal que puso la bola en el segundo piso, le puso alas al sueño. Los Mets, es cierto, siguen todavía lejos de jugar pelota en octubre, pero los números dictan con claridad que todo va a depender de ellos.

Después de Marlins llegan para el fin de semana los Nacionales de Washington, algo que inevitablemente invita a recordar que hace un año tenían siete de ventaja y luego se desplomaron después de ser barridos en Citi Field para seguir cuesta abajo y entregar la División a los Mets.

Por ahora tienen 4-6 en los últimos 10 y siguen sin contar con Steven Strasburg, su mejor pitcher este año.

Los Marlins, mientras tanto sufren sin Giancarlo Stanton que es un hándicap que les puede llevar a perder toda opción.

A la fecha de hoy, con 30 juegos en el calendario y con los Mets completos, pasa cualquier cosa, aunque lo más probable es que la tropa de Terry Collins tenga que vérselas en un cierre de temporada trepidante ante Cardenales y Piratas, ambos durísimos, pero que seguro se harán daño en las series entre ellos en el Centro de la Liga Nacional.

Gary Sánchez y los ‘Babybombers’ al rescate

La guerra sin tregua entre Toronto, Boston y Baltimore en la División Este en la que juegan los Yankees ha mantenido las diferencias dentro de un margen en el que los de Joe Girardi en su peor campaña desde 1993 aún tienen oportunidad.

Y si no en la lucha por el trapo divisional, siguen vivos como el que más en la batalla de los comodines.
Jugaban tan mal los Yankees de la primera mitad que Hal Steinbrenner, dueño del equipo, bajó la bandera de rendición.

Entonces limpió la casa y se deshizo de Aroldis Chapman, Andrew Miller, Iván Nova, Alex Rodríguez y Carlos Beltrán. Y no envió lejos de El Bronx a Brian McCann y Jacoby Ellsbury porque nadie quiso tomarlos.

Aún con el miedo en los huesos de que los aficionados se alejaran y se fuera abajo la taquilla, aguantaron a pie firme con el plan estratégico de “echamos a los viejos y apostamos por los jóvenes”.

Como un milagro, la misma semana que se fue A-Rod apareció como una tromba Gary Sánchez para vestirse el ropaje de catcher y tomar el bate de tercero en el orden para emocionar a la afición, estremecer a Nueva York y darle un sacudón a todo el béisbol.

Sánchez tuvo un arranque huracanado en el que mantiene cifras para romper récords: batea .398 con 11 jonrones y 21 carreras remolcadas. OPS de .864 y slugging de 1.328

Para los Yankees nada será fácil, pero como dicen ahora en El Bronx: “nosotros tenemos a Gary Sánchez, el líder de los Babybombers”.

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