Poco a poco, Trump se mueve hacia Obama en deportaciones

El republicano mantiene un doble discurso respecto a su tema central de inmigración y su postura en deportaciones ahora se parece mucho a la que han mantenido otros políticos en el pasado

Donald Trump presentará su nuevo “plan migratorio” este miércoles en el estado de Arizona, y de acuerdo a lo dicho por él y por sus partidarios en los últimos días, sus propuestas sobre deportación ahora se parecen mucho a lo que demócratas como Bill Clinton y Barack Obama han hecho en la presidencia.

Al tiempo que en repetidas ocasiones ha negado “cambio alguno” de la postura dura que mantuvo durante las elecciones internas de su partido, Trump ahora ya no usa la misma retórica que al principio, pero enfatiza la necesidad de “hacer cumplir la ley” y “deportar a los criminales primero”, algo muy similar a lo dicho durante años por republicanos y demócratas en los últimos años.

En una entrevista con Sean Hannity, de Fox News (quien al parecer además lo asesora sobre el tema), Trump intimó la semana pasada que podría “suavizar” algo en la aplicación de las leyes y habló de las deportaciones de los dos presidentes anteriores (Bush, Obama) como algo que “reforzaría”.

“Podríamos suavizar algo ya que no buscamos dañar a la gente, queremos a la gente, tenemos muy buena gente en el país, pero vamos a seguir las leyes”, dijo Trump, quien en otra entrevista posterior negó que su postura era más “suave”.

“Alt-right”, grupo de choque ultraderechista que defiende a Trump

“Hay quienes dicen que es más dura”, dijo unos días después.

En medio de esta confusión sobre si es más “dura” o más “suave”, están los intentos de sus partidarios, incluyendo algunos grupos anti inmigrantes, de ayudar a Trump haciéndolo sonar más “razonable” en este tema, que ha marcado su imagen desde que lanzó su candidatura.

Ausente de sus comentarios y de los de sus asesores más cercanos están las acusaciones de que la mayoría de los indocumentados son “violadores o narcos”, aún cuando hasta su convención el pasado mes de julio en Cleveland se hizo un esfuerzo por equiparar a los indocumentados con asesinos y criminales.

Donald Trump comenzó su campaña acusando a México de “mandar” por la frontera a sus peores ciudadanos -violadores, narcotraficantes- y anunciando que tendría una “fuerza de choque” que iría deportando gente por las comunidades.

Tras reunirse con un grupo de pastores, políticos y otros conservadores latinos hace dos semanas, el candidato y algunos de sus asesores han defendido dos posturas en apariencia contrarias: su política migratoria no ha cambiado y, al mismo tiempo, está dando un giro hacia una postura más centrista.

Clinton y Trump se acusan de racistas

Este domingo en los usuales programas políticos, su directora de campaña Kellyann Conway dijo que Trump “buscará una forma justa y humana para lidiar con los 11 millones de inmigrantes ilegales que viven en nuestro país” y evadió la idea de una deportación masiva o de redadas a gran escala.

El ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani dijo, en otro programa, que el plan de Trump incluiría “probablemente”, el aumento del número de guardias en la frontera, deportación de “criminales” primero y luego “ver qué hacer con los que quedan”.

Tampoco ha repetido en días recientes lo de una “fuerza deportadora” que haría redadas masivas y esto ha generado protestas de parte de algunos de sus partidarios más radicales que celebraban su agresividad contra los indocumentados, como la escritora y comentarista Ann Coulter.

Pero otros están buscando defenderlo ante sus acólitos más radicales. La Federación por una Reforma Migratoria Americana o FAIR, un grupo mejor conocido por sus posturas radicales anti inmigrantes, pro deportación y reducción de toda inmigración, emitió este lunes un comunicado indicando que “no se necesita una fuerza deportadora”.

“Todo lo que hay que hacer es aplicar las leyes”, dijo Dan Stein, presidente de FAIR. “Esas agencias deportadoras ya existen, son las agencias ICE y la Patrulla fronteriza, lo único que queda por responder es si los estadounidenses insistirán en que el presidente aplique las leyes

No obstante, es un cambio para Trump que muestra su interés en “bajarle al tono” que ha llevado desde hace más de un año, en momentos en que lleva una importante desventaja en las encuestas.

“Parece que su actual postura se acerca más a la de un presidente Obama en deportaciones, particularmente en la idea de deportar a delincuentes primero”, dijo la analista política Jessica Lavariega Monforti, directora del departamento de ciencias políticas de Pace University, en Nueva York.

Es una política que existe desde mediados de los años noventa, cuando Bill Clinton firmó leyes migratorias aprobadas por un Congreso bi partidista, endureciendo las leyes contra los inmigrantes y haciendo más fácil su deportación y más complicada su legalización.

La idea de que se deportará “a los criminales primero”, data del presidente George W. Bush y fue continuada por el actual presidente Barack Obama, con programas como comunidades seguras y con prioridades de deportación que produjeron deportaciones record durante su gobierno. 

Entretanto, la campaña de Hillary Clinton continúa recordando públicamente las anteriores declaraciones de Trump sobre los inmigrantes y la pasada semana, la candidata lo acusó de apelar a grupos extremistas y prejuicios raciales.

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