Vendedores ambulantes, botín del crimen organizado en México

Las bandas criminales han puesto sus reglas a sangre y plomo en varios estados del país

MÉXICO – La mañana del martes 24 de agosto pasado, Eugenio Vargas, un vendedor callejero de aguas de sabores en el caluroso puerto de Acapulco se vistió con una camiseta azul, una bermuda café y los tenis blancos: todo muy cómodo para arrancar una jornada más que se interrumpió al medio día con tres disparos.

En uno de los camellones de la colonia Renacimiento y justo  de una sombrilla que servía de protección contra el sol quedó el cuerpo sangrando porque dos asesinos se bajaron de un pequeño auto y le dispararon con una pistola calibre 45  tal y como reportó el parte policíaco local que ese mismo día concluyó con otros dos cadáveres cercenados y metidos en una hielera.

A nadie extrañó la muerte de Vargas ni la de cientos de comerciantes irregulares ejecutados a sangre fría desde hace por lo menos cinco años: en las calles donde el Estado no ha podido regularizar el pago impuestos por parte de los vendedores ambulantes, el crimen organizado ha puesto sus reglas a sangre y plomo.

Ola de violencia en los últimos días deja al menos 49 muertos en México

La consultora estadounidense Insight Crime documentó el año pasado que “en la zona operan redes de extorsión que les cobra a los negocios locales y los ambulantes un impuesto de 15% de las utilidades”.

Autoridades custodian el cuerpo de un hombre asesinado en Acapulco, México.
Autoridades custodian el cuerpo de un hombre asesinado en Acapulco, México.

 Autoridades consultadas por este diario afirman, de manera anónima por su seguridad, que cuando alguno de estos comerciantes se resiste a pagar o a vender droga simplemente lo matan como ejemplo para que otros no se nieguen a hacerlo.

De ahí se explica que sea en un solo día maten a dos o tres ambulantes en un solo día como a finales de enero de este año cuando aparecieron muertos sobre una banqueta Adán Ramos Rondán y Walter Leyva, ambos vendedores de refrescos, quienes habían sido raptados dos días antes.

Aquel domingo, en la Playa Hornos, una de las más visitadas del puerto, cayó muerto sobre la arena Eduardo N. un vendedor de ropa que apenas empezaba a deambular por uno de los 27 kilómetros que a diario recorren 4,000 comerciantes irregulares con todo tipo de mercancía, desde alimentos, alcohol, artesanías, música, tatuajes, sexo y ¡droga!, de acuerdo con información de la prensa local.

Otro secuestro masivo, ahora en Guanajuato

Después de Eduardo han muerto al menos 20 de ellos, cuatro  de manera muy dramática en las playas Langosta y Bahía de Santa Lucía donde los interceptaron hombres que bajaron de motos acuáticas para huir pronto después del crimen.

El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, una organización civil que cada año realiza un ranking de las ciudades más peligrosas del mundo, ubicó en 2015 a Acapulco como una de las más inseguras sólo después de Caracas, en Venezuela; San Pedro Sula, en Honduras, y San Salvador, en El Salvador.

Pero ni en Acapulco ni el resto del país los vendedores ambulantes pasan desapercibidos como botín del crimen. Reportes similares se han documentado en el último año en otras ciudades de Guerrero, Veracruz, Nuevo León, Tamaulipas y Zacatecas.

En esta nota

Acapulco Crónica de México Guerrero México Narcotráfico
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain