Sanders lanza un grupo político, ya aquejado por disfunción y pugnas internas

La meta del grupo será promover causas y candidatos progresistas, pero de entrada ha generado la rebelión de un puñado de sus dirigentes.

WASHINGTON.- Derrotado en las primarias, el senador Bernie Sanders no ha desaparecido del mapa político sino que intenta continuar su “revolución política” a través de un nuevo grupo que, antes de su lanzamiento oficial por internet este miércoles, ya está aquejado por la disfunción, pugnas internas y renuncias masivas.

Sanders, quien perdió la nominación presidencial demócrata frente a Hillary Clinton, lanzará oficialmente el grupo político “Nuestra Revolución” durante un discurso esta noche en vivo por internet.

El objetivo de la organización sin fines de lucro será promover a candidatos progresistas en todos los niveles del gobierno, tanto en este ciclo electoral como en futuras elecciones, y medidas contra la desigualdad social y la influencia del dinero en la política.

En declaraciones a este diario, Erika Andiola, exportavoz hispana de la campaña de Sanders, dijo que el grupo “avanzará la visión del senador Bernie Sanders, quien movilizó a millones de votantes, en particular a los ´Millenials´ a luchar por un gobierno más progresista que verdaderamente represente al pueblo”.

“El grupo ¨Nuestra Revolución´ trabajará para elegir a más candidatos progresistas que reflejen los valores de la revolución política y que ayuden a hacer realidad la plataforma” del senador Sanders, agregó Andiola.

Pero desde antes de su lanzamiento oficial, el grupo ya afrontaba críticas por su estructuración y financiamiento, ocho de sus 15 principales líderes presentaron su renuncia la semana pasada, en clara rebelión contra el nuevo dirigente de la organización, Jeff Weaver, según reportó el diario “Politico”.

Como adelanto del lanzamiento del grupo, Weaver, cuya contratación fue anunciada el lunes pasado, dijo anoche en un correo electrónico enviado a los partidarios de Sanders que la nueva organización se centrará en liderar una batalla “por los valores” progresistas que sirvieron de motor a la desaparecida campaña electoral.

Weaver estuvo a cargo de la campaña electoral de Sanders pero generó acusaciones de despilfarro de fondos, y críticas por desaciertos en la estrategia electoral en estados clave, además de presuntamente intimidar a los empleados más jóvenes de la campaña.

Al parecer, Weaver, el asesor más cercano a Sanders y su esposa, Jane, no logró resolver la desconfianza que generó su estilo gerencial, y los empleados clave del nuevo grupo prefirieron presentar su renuncia.

También está el problema relacionado con su financiamiento: Sanders pasó todo el proceso de primarias criticando la influencia de los grupos de intereses especiales en la política, pero su nuevo grupo, con estatuto legal de 501(c)(4), podrá recabar grandes donaciones de fuentes anónimas.

Claire Sandberg, exdirectora digital de la campaña de Sanders y una de las empleadas que renunció del nuevo grupo, explicó a la prensa que Weaver apoya la idea de recibir donaciones de multimillonarios para elaborar anuncios televisivos, lo que contraviene los principios del movimiento social que enarboló Sanders durante la campaña.

Tampoco está claro cuál será la estrategia de Weaver para seguir sumando jóvenes a la “revolución política” que prometió Sanders a lo largo de la contienda.  El temor es que, en vez de una organización de base, el grupo dependa de las donaciones de multimillonarios que Sanders rechazó como candidato “del pueblo”.

Muchos partidarios de Sanders, aglomerados en el movimiento “#Bernie or Bust”, han expresado abiertamente su decepción porque el senador de Vermont terminó respaldando a Clinton.  Varios han dicho que, aunque rechazan al republicano Donald Trump, jamás votarían por Clinton.

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