Editorial: La seguridad de los migrantes

México debe responsabilizarse por la seguridad de los inmigrantes que cruzan su territorio rumbo a su frontera con EEUU

La masacre de San Fernando, en Tamaulipas, ocurrida hace seis años, fue una cruenta revelación de los peligros por los que pasan los inmigrantes que cruzan México para llegar a Estados Unidos en busca de una mejor vida. Hasta el día de hoy queda mucho por saberse de los hechos que condujeron al asesinato de 72 personas.

La Comisión de Derechos Humanos del DF ante este aniversario pidió a las autoridades que den seguridad en la ruta hacia el norte para que estas personas puedan transitar con seguridad, respetando y garantizando los derechos humanos.

México es un país que vive en carne propia los peligros por los que pasan sus emigrantes, sería razonable que ese respeto que espera que se otorgue a sus emigrantes, sea otorgado a quienes cruzan su tierra con destino hacia Estados Unidos.

Pero no lo es. Los diversos reportes de organizaciones oficiales y comunitarias hablan de miles de inmigrantes centroamericanos desaparecidos en México durante su travesía al norte. Los estudios indican que en los casos de robo y asaltos estos son perpetrados casi por partes iguales entre la delincuencia organizada y las autoridades, según los testimonios de los inmigrantes.

Lo inquietante que con toda la publicidad que recibió esta matanza, seguida años después por el hallazgo de fosas clandestinas con 196 cadáveres de viajeros asesinados por Los Zetas, todavía hay mucho por responder.

Uno de los motivos es el pésimo manejo de las autoridades que investigaron lo ocurrido en San Fernando. Por ejemplo, un año después de la masacre, las pertenencias y ropas de los asesinados seguían tiradas entre la maleza que creció en la bodega donde los mataron. También se cometieron numerosos errores en la escena del crimen.

Más grave aún es que la mayoría de los funcionarios ligados a Los Zetas, grupo al que se le adjudicó la matanza, no están en la cárcel. Hoy hay presos siete de los 17 policías que fueron señalados como socios y protectores del narco en varias masacres, aunque sin definir su rol en San Fernando.

El cruce de inmigrantes a través de México es una realidad que obliga a tomar responsabilidades por su seguridad. Debería haber alertas preventivas para no viajar por carreteras peligrosas, además de investigar a fondo los delitos contra los inmigrantes para enviar una señal fuerte al crimen organizado. México no debe olvidar que sus hijos e hijas también son inmigrantes.

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