En EEUU, cantidad de mujeres encarceladas aumentó de 8,000 a 110,000

Según la investigación, las mujeres en prisión son latinas y afroamericanas, pobres, desempleadas o de bajos ingresos, sobrevivientes de violencia física y mental y con problemas de adicción

Un nuevo estudio sobre mujeres convictas encontró un panorama inesperado y alarmante en las cárceles del país.

Según una investigación realizada por el Instituto de Justicia Vera y la Fundación MacArthur, desde 1970 el número de convictas en Estados Unidos aumentó 14 veces –de 8,000 a casi 110,000- y esta cifra continúa subiendo, incluso cuando el número de hombres encarcelados ha declinado.

En condados más pequeños –lugares con menos de 250,000 habitantes- el aumento de convictas fue aún mayor. El estudio encontró que el número de mujeres en prisión en dichos condados aumentó 31 veces desde 1970.

Al analizar los motivos de este aumento y sus características, el estudio encontró que el 32% de las mujeres que están prisión padece de enfermedades mentales serias como desorden bipolar, depresión y esquizofrenia; mientras que, el 86% había sido víctimas de violencia sexual en el pasado.

Otras características en común encontradas por el estudio fueron la raza y el estatus económico y social de las convictas. Según la investigación, las mujeres en prisión son latinas y afroamericanas, pobres, desempleadas o de bajos ingresos, sobrevivientes de violencia física y mental y con problemas de adicción.

La mayoría de las mujeres se encuentra en prisión por ofensas menores, relacionadas a drogas, robo de propiedad o prostitución.
La mayoría de las mujeres se encuentra en prisión por ofensas menores, relacionadas a drogas, robo de propiedad o prostitución.

La investigación también encontró que alrededor del 80% de las mujeres son madres, en su mayoría solteras y responsables por el mantenimiento de sus hijos. Esta es una de las razones por las cuales, al salir en libertad y regresar a sus comunidades, las mujeres se encuentran en peor estado que antes de entrar a prisión. Cuando una mujer es encarcelada, en cierto modo, también se encarcela a su familia y sus hijos que se ven grandemente afectados por la situación.

Otra característica en común entre las detenidas es que la mayoría de ellas se encuentra en prisión por ofensas menores, relacionadas a drogas, robo de propiedad o prostitución, y con menos antecedentes criminales que sus pares hombres.

El reporte advierte sobre el acelerado aumento de la población penitenciaria y sus efectos negativos en la sociedad en general, al mismo tiempo que sugiere reformas y cambios en ciertas políticas actuales que tienen efectos contraproductivos.

El estudio concluye que es necesario que sen realicen más investigaciones a fondo sobre las razones que llevan a las mujeres a terminar en prisión. Hasta el momento, pocos estudios se han hecho enfocados en la población penitenciaria femenina. La investigación también recomienda políticas y prácticas diseñadas específicamente para las necesidades de las mujeres y sus familias.

Para leer el estudio completo puedes visitar: http://www.safetyandjusticechallenge.org

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