Clinton: votantes afrontan “la hora de la verdad”
Noche histórica abrió espacio a testimonios proinmigrantes y advertencias de peligro si gana Donald Trump
Clinton dijo que la exposición de los hechos plantea interrogantes sobre la interferencia rusa en las elecciones y en la democracia americana. Crédito: Jessica Kourkounis | Getty Images
FILADELFIA.- Tras cuatro décadas de servicio público, buena parte de éstas en la palestra nacional, Hillary Clinton aceptó este jueves la nominación presidencial del Partido Demócrata, con la advertencia de que los votantes afrontarán en noviembre próximo “la hora de la verdad”, y deben prepararse para vencer a su rival republicano, Donald Trump.
EEUU “afronta otra vez el momento de la verdad. Fuerzas poderosas amenazan con dividirnos… tenemos que decidir si vamos a trabajar juntos para que podamos levantarnos juntos”, dijo Clinton, al lograr la histórica nominación como primera mujer candidata presidencial de un principal partido, algo que se le escurrió de las manos en 2008.
En el discurso político más importante de su vida hasta ahora, interrumpido por vítores de “Hillary! Hillary!”, Clinton, de 68 años, aceptó la nominación pero antes delineó los contrastes entre sus propuestas y las de Trump, ante los retos que afrontan EEUU y el mundo.
“Estamos claro sobre lo que enfrenta el país, pero no tenemos miedo. Estaremos a la altura del desafío, como siempre lo hemos estado”, dijo Clinton, quien acusó a Trump de querer llevar al país a la oscuridad.
Su discurso de casi una hora tuvo tres carriles: presentarse ante el electorado en general, atacar las “promesas huecas” de Trump, y ofrecer un futuro de optimismo para el país como líder progresista pero pragmática. Las decenas de miles de delegados en el auditorio, prácticamente rugían su aprobación.
COBERTURA ESPECIAL DE LAS ELECCIONES
La sombra de Sanders
También extendió una rama de olivo a su antiguo rival, el senador de Vermont, Bernie Sanders, a quien agradeció el haber insuflado energía a la base demócrata al poner sobre el tapete asuntos de justicia social y económica, y la urgencia de reformar el sistema de financiación electoral.
Dirigiéndose a los partidarios de Sanders, que durante toda la semana protagonizaron protestas en el centro de Filadelfia, Clinton les pidió su voto: “Los he escuchado. Su causa es nuestra causa”.
Pero la campaña de Clinton tendrá que redoblar esfuerzos por ganarse el apoyo de quienes votaron por Sanders en las primarias y, asqueados con la presunta “corrupción” del Partido Demócrata, ahora piensan votar por Jill Stein, del Partido Verde, como tercera opción.
Aunque los partidarios no interrumpieron el discurso como se temía, algunos portaban camisetas fluorescentes con el mensaje “Basta ya”, y desplegaron una manta para recordar los correos filtrados a Wikileaks sobre la colusión del Partido para favorecer a Clinton.
Como posible sucesora del presidente Barack Obama, Clinton explicó que su “misión” será crear más oportunidades y más empleos bien remunerados desde su primer día en la presidencia. Sobre este punto, Clinton buscó el delicado equilibrio entre la continuidad a sus ideas progresistas y propuestas para oxigenar al partido.
Pueblo “únete”
En un discurso cargado de populismo, Clinton pidió a los votantes que se sumen a su campaña si comparten las prioridades de su eventual gobierno, incluyendo una reforma migratoria integral, más trabajos bien remunerados, matrícula gratuita para familias de clase media, ayuda para aliviar la pesada carga de préstamos estudiantiles, y desarrollo económico, particularmente en zonas marginadas.
Con un guiño a la comunidad hispana y a los inmigrantes, Clinton aseguró que su gobierno “no construirá un muro”, como el que promete Trump, ni hará enemigos con los musulmanes, sino que buscará la legalización de los indocumentados y la cooperación con los aliados internacionales contra el terrorismo.
Horas antes, varios líderes latinos ofrecieron testimonios salpicados en español para explicar por qué Clinton merece el voto hispano, entre ellos los congresistas Xavier Becerra y Joaquín Castro, de California y Texas, respectivamente, la lider sindicalista, Dolores Huerta, y la otrora activista “Dreamer”, la peruana Lorella Praeli, ahora a cargo de conseguir el voto hispano para Clinton.
En el marco de su campa��a de convencimiento, Clinton ofreció una recopilación de sus ataques y burlas contra Trump, su falta de experiencia en la arena internacional, su retórica incendiaria, su aparente egocentrismo, y sus esfuerzos por dividir al país en un mundo de “ellos contra nosotros”.
“Más fuertes juntos no es sólo una lección de nuestra historia ni un eslogan de campaña sino el principio que ha guiado” a EEUU, dijo la exsecretaria de Estado.
Estados Unidos y el mundo afrontan amenazas de “enemigos decididos” que deben ser derrotados, tarea que recae en un liderazgo firme, señaló.
Descifrando a Clinton
Clinton fue presentada por su hija, Chelsea, cuya misión esta noche fue cantar las virtudes de quien podría ser la primera madre y abuela en ser “comandante en jefe” y 45 presidenta del país.
Chelsea, quien era una adolescente durante la presidencia de su padre, Bill Clinton (1993-2001), pintó la imagen de una tierna abuela embelesada por su nieta, Charlotte, a la vez que destacó su labor en defensa de los derechos humanos.
“Sé que mi madre nos hará orgullosos”, dijo Chelsea, quien recibió a su madre con un prolongado abrazo.
A lo largo de la reñida campaña electoral, una de las críticas hacia Clinton es que aunque sabe de sobra los entresijos de la política, no logra “conectar” con el ciudadano de a pie y eso, según observadores, le resta puntos.
Consciente de ello, la “fiesta” de los leales a Clinton incluyó un documental producido por Shonda Rhimes y Betsy Beers, que pintó un “retrato íntimo” de su obra y figura, para acercarla a los votantes.
La propia Clinton reconoció que sigue siendo un enigma para el público pese a que fue Primera Dama, senadora de Nueva York durante ocho años, y otros cuatro como secretaria de Estado.
Es que, a juzgar por las encuestas, a Clinton la persigue la queja de votantes que no se fían de ella, algo que ahora la campaña de Trump busca explotar al máximo.
El discurso de Clinton desde la burbuja del Wells Fargo Center reflejó el tono de todos los que le precedieron desde el lunes pasado, cuando cada uno de las decenas de oradores advirtió del peligro al que se asoma EEUU si gana Trump.
También destacaron los asuntos más apremiantes de los bloques electorales clave para la base demócrata, como la equidad salarial para las mujeres, la legalización de la población indocumentada, el desarrollo económico en zonas marginadas, y la seguridad nacional.
Respuesta republicana
Como primera reacción al discurso, el Partido Republicano atacó las propuestas tributarias de Clinton, al asegurar que, según un análisis del grupo conservador “The Tax Foundation”, éstas van a perjudicar la economía estadounidense.
El Comité Nacional Republicano (RNC, en inglés) también responsabilizó a la Administración Obama por la “desaparición” de la clase media, debido a que ahora abundan los trabajos con salarios bajos y menos beneficios laborales, como cobertura médica y ayuda para jubilados.
El presidente del Partido Republicano, Reince Priebus, quien nunca ha rechazado la retórica incendiaria de Trump, repitió que “la deshonestidad y nepotismo” de Clinton demuestran que ella es la opción equivocada para asumir la presidencia.
“El pueblo estadounidense ya se cansó de la corrupción, el engaño, y las evasivas, que han sido la marca distintiva de toda su carrera”, afirmó Priebus.
Mientras las encuestas siguen demostrando un empate o estrecho margen entre Clinton y Trump, ahora concluidas las convenciones de ambos partidos, las campañas centran su atención en la contienda general con un serie de debates para defender sus planes de gobierno.
