La nefasta retórica del magnate

El perjuicio que Trump podría causar a EEUU es inconmensurable

Donald Trump (d),  durante el anuncio del Gobernador de Indiana, Mike Pence (i), como su compañero de fórmula, en Nueva York.

Donald Trump (d), durante el anuncio del Gobernador de Indiana, Mike Pence (i), como su compañero de fórmula, en Nueva York. Crédito: EFE

Tan pronto como Trump terminó su discurso de aceptación de la nominación presidencial por el partido republicano, recibí una llamada de un amigo que deseaba conocer mi opinión sobre lo expresado por el candidato.

Mi respuesta fue “Estuvo excelente, brillante”. Esto dejó perplejo a mi interlocutor que me pidió que elaborara mejor la idea.

El discurso estuvo lleno de falsedades y mentiras; nos presentó una sociedad distópica; fue tremendamente divisivo, priorizó a “Los Americanos” categoría que para Trump solo incluye a los estadounidenses de raza blanca; redujo a los estadounidenses de otras razas a la categoría de víctimas o victimarios; describió a los inmigrantes como terroristas, asesinos y violadores; y por supuesto, le pidió mil veces a los estadounidenses que “le crean”.

Después de todo, él es Donald Trump, y él y sólo él puede hacerlo. Y él además puede hacerlo solo. Sólo Donald Trump puede derrotar al terrorismo, sólo Donald Trump puede restablecer la ley y el orden. Sólo esta suerte de súper héroe de papel puede devolverle la grandeza a los Estados Unidos. Eso es exactamente lo que hace excelente el discurso de Donald Trump. Los inmigrantes, los afroamericanos, los Hispanos, en fin, las minorías en general se puede ir al carajo.

Como señalaba en una columna anterior, Donald Trump apela al voto blanco ultra conservador, especialmente el masculino, y parecería ser que cree genuinamente que con eso le basta. Hacia ellos dirigió su discurso. Su discurso lo posesiona como el candidato de la ley y el orden, y con esa caracterización energiza a su base y además llama la atención de los independientes y de no pocos demócratas moderados.

Inicialmente, y basado en las encuestas y análisis realizados inmediatamente después del discurso, Trump logró su cometido con su nefasta retórica. Ahora, a mediano y largo plazo, la efectividad de su mensaje dependerá de la respuesta de Hillary y de los demócratas en la convención de su partido. La candidata debe demostrar que puede enarbolar también la bandera de la ley y el orden, pero con un discurso positivo.

En lo que respecta a Trump, no importa que su discurso fúnebre, obscuro, apocalíptico y negativo cree más odio, más división y sea el caldo de cultivo para las mismas tragedias que cínicamente asegurar querer combatir.

El daño que la candidatura de este sujeto le causa a la fibra social estadounidense es inmenso. El daño que este hombre le podría causar al país y al mundo en general, si gana la presidencia es simplemente inconmensurable.

Trump cree que puede ganar sin nuestro apoyo y sin nuestro voto. Ahora es el momento de demonstrarle lo equivocado que está. Estimados lectores, regístrense y voten.•

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Donald Trump

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