Yankees se juegan la temporada con 10 partidos en casa ante rivales de élite

Medias Rojas, Orioles y Gigantes pueden 'matar' el año de los Yankees en los próximos diez días

Joe Girardi  (izq.) no tiene en el roster los elementos para mejorar a los Yankees.

Joe Girardi (izq.) no tiene en el roster los elementos para mejorar a los Yankees. Crédito: Getty Images

A pesar de que los sabios de Fangraphs les reconocen a los Yankees sólo un 7.9% de posibilidades reales de llegar a los playoffs, en el búnker de los George Steinbrenner, propietario del equipo, nadie quiere ser el primero en bajarle el telón a la temporada.

Eso, aunque el corte de cuentas en este “break” del verano deje exhibidos a los Bombarderos con un sumiso 44-44 que visto en el contexto del tablero general de la Liga Americana invita a ver la botella medio vacía.

Ese es el panorama, visto en corto, de los Yankees, llenos de buenos propósitos y con el plan perfecto de ganar diez juegos en casa ante Boston, Baltimore y San Francisco para cambiar el signo de su realidad.

“Nosotros tenemos que ganar este ‘homestand’, dijo Betances al rotativo New York Post. “Porque sino lo hacemos ¿quién sabe lo qué pueda pasar?”

Ese es el tema. Lo que va a pasar en el estrecho camino entre el día 24 cuando terminan sus diez juegos cruciales y el lunes 1 de agosto (4:00 pm) que es la fecha límite para hacer negocios en las Grandes Ligas.

Suena a que se juegan todo en la ruleta rusa de 10 juegos.

¡Tremendo!

Están obligados a ganar para sobrevivir con la mirada puesta en el reloj de sus propios miedos.
Ganar o ganar.

Frente a Medias Rojas (49-38) el equipo con la ofensiva más peligrosa de todo el béisbol y que trae a seis hombres bateando para .300 o más. Y después de eso ganarle a Orioles (51-36) el mejor equipo de la División que lidera con 7.5 juegos por delante de la tropa de Girardi y entonces rematar con Gigantes (57-33) que son este año el mejor equipo de todo el béisbol.

La misión luce titánica, pero posible.

“Los Yankees son los Yankees”, es la frase más socorrida.

Lo único malo del optimismo es que tengan tan pocas herramientas para ganar partidos de béisbol.

Calma en la tormenta

Sin embargo el alto mando, con la portavocía de Brian Cashman, mantiene la calma en medio de sus tremendas dudas. Tienen que ganar, pero él mismo sabe que sólo pueden hacerlo entrando duro en negocios que no es seguro que puedan llevar a cabo.

“Oigan, no vamos a ser vendedores a menos que los dueños le den su visto bueno a eso”, ha dicho Cashman. “Si acaso ahora mismo seríamos compradores, no vendedores”.

Eso es. Un mar de dudas.

Una gerencia maniatada y sin margen de maniobra para gestionar refuerzos en un equipo que los reclama, pero que no puede comprarlos.

¿Por qué?

Porque el dinero que necesitan los Yankees para rescatar una pobre campaña está ‘invertido’ en Alex Rodríguez (21millones), CC Sabathia (25) y Mark Teixeira (23.1) y porque casi la única vía para aterrizar a alguien en El Bronx es negociar a Aroldis Chapman, un lanzador que querrían conservar.

Así de cruda es la realidad contra la que se topan de frente los Yankees, algo que puede desencadenar en la decisión histórica de pasar de compradores, algo obvio en los años del “Boss” Streinbrenner, a vendedores, ahora para salvar los muebles.

Una situación de choque. Algo que debió estar calculado hace varias semanas al comparar los números de los equipos que compiten por la postemporada en la Liga Americana.

Números que no ayudan

Los Yankees ocupan el lugar once entre los quince equipos que se pelean los tres títulos divisionales y luego las dos ‘wild cards’.

No estar en postemporada sería un terrible mensaje para los seguidores que ya vieron como sus estrellas adelantaron las vacaciones en 2013, 2014 y 2015.

Lo otro, aun peor, es que bajar la bandera y dar por perdida la temporada es decirle a los seguidores del equipo que se vayan a casa y que nos vemos el próximo año. Por ahora las ofertas por baja de precios en los boletos siguen a pleno en un espléndido verano neoyorquino en el que han habido noches de 34 mil espectadores. Eso aún podría ser peor, porque ya no solo estaríamos ante la claudicación deportiva sino ante un desastre financiero.

Las respuestas empiezan con la reanudación del calendario, el viernes ante los Medias Rojas en El Bronx.

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