Cuatro razones por las que no debes decirle a tu hija que es guapa

En una encuesta realizada a 400 niñas, el 70% dijeron que estaban preocupadas por su peso

El 85% del desarrollo cerebral de los niños ocurre durante los primeros 5 años de edad.

El 85% del desarrollo cerebral de los niños ocurre durante los primeros 5 años de edad. Crédito: Shutterstock

Cuántas veces escuchamos ese piropo de los papás: ¡Qué bonita es mi hija! Ellos lo dicen de corazón, pero en realidad, no saben que están cometiendo un grave error para el futuro de la niña. 

¿Por qué? Aquí tienes las cuatro razones:

  1. La apariencia física no lo es todo. Hacerles creer que lo primero en lo que nos fijamos de ellas es su apariencia, provoca que puedan llegar a pensar que el físico es la cualidad más importante que poseen. En un mundo obsesionado con la imagen, no podemos caer en el error de obcecarles en la apariencia o la moda porque las niñas podrían desarrollar la idea de que la imagen lo es todo.
  2. Las capacidades deben desarrollarse, no son innatas.
    La superficialidad ligada a la apariencia tiene un efecto negativo en la capacidad de una mujer para hacer frente a la adversidad. Si crecen creyendo que la capacidad, la bondad y el talento es innato es probable que arrojen la toalla antes de tiempo cuando un asunto resulte más dificultoso de lo habitual.
  3. La autoestima se estimula desde el interior. Cuando pensamos que la autoestima está ligada a algo externo se hace difícil animarnos cuando nos sentimos cabizbajos y, por lo tanto, nos deprimimos con más facilidad.
  4. Miedo a equivocarse y fallar.  Un día normal, un niño es corregido por su maestra unas ocho veces más que las niñas, según una investigación de la psicóloga Carol Dweck. Debido a que las niñas tienden a madurar su capacidad de autocontrol antes que los niños, ellas son elogiadas por su buen comportamiento. El resultado es que desarrollan una mentalidad que las limita, haciéndoles creer que no pueden cambiar. Crean una mentalidad fija e incluso corren el riesgo de dejar de superarse, porque temen fallar, creyendo que la habilidad, y no el esfuerzo, es la clave del éxito.

Entonces… ¿qué se le puede decir a una hija? ¡Pues muchas cosas! Por ejemplo, en lugar de decirles lo bien que se ven, sería apropiado preguntarles sobre sus intereses e inquietudes.

En vez de comentarles que tipo de comportamiento tiene que tener una chica, se debería potenciar la manera de ser de cada persona y, sobre todo, lo que la hace única.

En definitiva, se trata de buscar las fortalezas de cada persona e impulsarlas de manera que en un futuro se desarrolle como una mujer fuerte y con autoestima, que se sepa querer y, como consecuencia, sepa amar a su alrededor.

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