Tribunal Supremo reafirma el derecho de las mujeres al aborto

La batalla continuará contra otros estados que tienen restricciones similares a una ley de Texas anulada hoy

WASHINGTON.- En su última semana de sesiones, el Tribunal Supremo asestó este lunes un fuerte revés a grupos anti-aborto, al anular una ley de Texas de 2013 que hubiese obligado al cierre de clínicas que practican el aborto en ese estado.

En el caso “Whole Woman’s Health v. Hellerstedt”,  el Tribunal Supremo falló 5-3 en contra de la ley estatal “HB 2” -el juez conservador Anthony Kennedy  se sumó a los cuatro jueces progresistas- por considerar que ésta “no ofrece beneficios médicos suficientes para justificar” la enorme carga para  las mujeres que buscan acceso constitucional al aborto.

Los magistrados se apoyaron en un dictamen de 1992, en el caso “Planned Parenthood v. Casey”, para dejar en claro su oposición a regulaciones de salud que son un “obstáculo sustancial” para mujeres que necesitan servicios de aborto, un derecho constitucional en todo el país desde 1973.

El presidente Barack Obama dijo en una declaración escrita que restricciones como las de Texas “perjudican la salud de las mujeres e imponen un obstáculo anticonstitucional” en su libertad reproductiva, al tiempo que reiteró su “firme” compromiso con la protección del acceso de la mujer a cuidado de salud seguro y a precios cómodos y “su derecho a determinar su propio futuro”.

La organización Planned Parenthood, perenne blanco de grupos conservadores por ser uno de los principales proveedores de servicios de aborto y de salud reproductiva, celebró el fallo como “un gran día para las mujeres”.  Alrededor de una decena de estados tienen restricciones similares, y Planned Parenthood prevé derrotarlas.

El grupo difundió en Twitter un dibujo de una danzante jueza Ruth Bader Ginsburg, quien respaldó el histórico dictamen.

Una fallida estrategia legal

Grupos anti-abortistas, entre ellos “Americans United For Life” (AUL), desde siempre se han fijado la meta de anular la decisión “Roe v. Wade” de 1973, que legalizó el aborto en EEUU, y hoy condenaron el fallo.

Para promover lo que denominan como la “cultura de la vida”, estos grupos usaron la ley de Texas como una herramienta para restringir aún más el acceso al aborto.

De hecho, en su página web, AUL explica que su meta es elaborar estrategias legales “para combatir la maldad del aborto”, y cita como ejemplo el estado sureño de Mississippi, que ha adoptado 15 leyes “pro-vida” en igual número de años.

Gracias a esas leyes, el número de abortos en Mississippi han bajado en casi un 60% y sólo una de las siete clínicas de aborto permanece abierta, según AUL.

Las exigencias de la ley “HB 2”

La ley HB 2 contenía dos cláusulas que exigían a los practicantes del aborto el tener derecho de ingresar pacientes a un hospital en un radio de 30 millas -algo innecesario para este tipo de servicio-, mientras que las instalaciones de aborto debían cumplir con estrictas y costosas normas de servicios quirúrgicos ambulatorios.

Se calcula que  el costo de cumplir con esas normas oscilaban entre un millón de dólares y $3 millones, dependiendo de si la clínica debía ampliar sus instalaciones.

Ambas cláusulas imponían una enorme carga tanto para los médicos como para las clínicas: antes de la ley HB 2, Texas tenía más de 40 clínicas abortistas, pero alrededor de 32 hubiesen cerrado, o corrían el riesgo de cerrar, al no poder cumplir con las exigencias de la ley.

Los detractores de la ley estatal también criticaron que ésta imponía más restricciones a las clínicas de aborto que a aquellas que realizan cirugías más complicadas y peligrosas.

Entre 2001 y 2012, Texas registró cinco muertes por complicaciones con el aborto, de un total de al menos 120,000 abortos realizados durante ese período. En cambio, otros procedimientos, como una colonoscopia o incluso un parto, conllevan más riesgos de muerte u otras complicaciones para la salud, según activistas.

¿A quiénes beneficia el fallo?

El dictamen beneficia a mujeres afroamericanas, hispanas y de otras minorías que, debido a bajos recursos, dependen más de los centros de aborto para sus necesidades de servicios de salud en Texas.

César Blanco, director interino del “Latino Victory Fund”,  dijo que el dictamen es una “victoria histórica” para defensores de los derechos reproductivos de la mujeres, especialmente de las 2,5 millones de hispanas en edad reproductiva en Texas.

Estas mujeres estaban “desproporcionadamente afectadas” por la ley “HB 2”, porque afrontaban “grandes barreras” de acceso a los servicios de salud por su estatus migratorio, la pobreza, falta de transporte o cuidado infantil, o porque simplemente no podían tomar días libres de sus empleos.

Kristen Clarke, presidenta y directora ejecutiva del “Lawyer´s Committee for Civil Rights Under Law”, dijo que el fallo es “una reinvidicación de los derechos de la gente que busca acceso a los servicios críticos que ofrecen los centros de salud reproductiva”.

¿Qué dicen los candidatos?

La precandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton dijo que la ley de Texas imponía restricciones motivadas por razones políticas pero el fallo reafirma “el derecho de toda mujer a un aborto seguro y legal, sin importar dónde vive”.

Sin embargo, para Clinton, este no es el final de la lucha porque en el primer trimestre de 2016, se han presentado más de 400 medidas en diversos estados para restringir el acceso al aborto.

Clinton prometió defender los derechos de la mujer y designar a jueces al Tribunal Supremo que reconozcan la validez del caso “Roe v. Wade”.

En marzo pasado, el virtual candidato presidencial republicano, Donald Trump, primero dijo que las mujeres deberían recibir “algún tipo de castigo” si se sometían a abortos si éstos fuesen declarados ilegales pero, ante la avalancha de críticas, posteriormente dijo que se deben respetar las leyes que los permiten.

Mientras, el senador independiente por Vermont, Bernie Sanders,  celebró que los “políticos republicanos extremistas” no pueden bloquear el derecho constitucional al aborto.

“Esta es una victoria decisive para las mujeres en todo el país. Después de todo el progreso que hemos hecho en torno a los derechos de las mujeres, no podemos regresar a los días en los que las mujeres en EUU no tenían derecho a control sus propios acuerdos”, puntualizó Sanders.

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Aborto EEUU minorías Tribunal Supremo

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