Tragedia de Orlando golpea directamente a NYC
Uno de los hispanos muertos en la masacre era un residente de Williamsburg en Brooklyn
La peor masacre con armas de fuego en la historia del país ha sembrado el luto en toda la nación, pero la ciudad de Nueva York ha sido golpeada de manera directa, y no sólo porque el gatillero nació en Queens, sino porque una de las víctimas era un residente de Williamsburg, en Brooklyn.
Enrique Ríos, de 25 años y de origen puertorriqueño, fue una de las 49 personas acribilladas durante la madrugada del domingo dentro del club gay Pulse, en Orlando.
El joven, que era estudiante de enfermería y se desempeñaba como trabajador social en un centro de ancianos del Este de Brooklyn, había viajado a Orlando de vacaciones para celebrar el cumpleaños de un amigo.
“El era una persona tan buena, un niño tan dulce, amable, buen trabajador y honesto”, así lo describió Adlgisa Colón, la empleada de servicio de la abuela de Ríos.
Colón conocía a Ríos desde que era niño y aunque trabaja para la familia, dijo que se sentía como si fuera su tía. De hecho, dijo que fue ella quien le señó español al joven. “Nunca me faltó el respeto a mí ni a nadie”, añadió.
La mujer lloró mientras contaba que el joven la llamaba ‘muñeca’ y que lo último que le dijo, antes de viajar a Florida, fue “que vaya con Dios”.
Ríos era muy querido dentro de la comunidad en Brooklyn y por ello este lunes no faltaron las muestras de dolor de familiares y amigos.
No fue una casualidad que la mayoría de los 49 muertos y más de 50 heridos en la masacre son hispanos -al menos 32 latinos fueron víctimas fatales. Además de que Orlando cuenta con una gran comunidad latina, y en particular puertorriqueña, en la noche de la matanza se realizaba en el club una ‘noche latina’.
Por horas la familia de Ríos no sabía que había ocurrido, hasta que la Policía de Florida identificó el cuerpo y los llamó.
“Los policías dijeron que mi hermano no sobrevivió. Y le rezo a Dios que sea un error. Mi corazón está roto. Nosotros peleamos, nosotros nos reíamos. Amo a mi hermano y siempre lo amaré”, dijo Chris N. Mary en un mensaje por Facebook.
Algunos de sus familiares no esperaban que el atentado los afectara directamente. “Cuando escuché lo que ocurrió, recé por las familias y las personas afectadas. Dije ‘gracias a Dios que esto no pasó en la ciudad de Nueva York’. No sabía en ese momento que uno de los que estaba en Pulse era Enrique, un hombre joven que vi crecer”, dijo también en Facebook W Benjamin Loadholt. “Hoy es la familia Ríos Merced pero mañana puede ser la tuya. No juzgues, reza para que las personas paren de ser tan malas y odiosas”, añadió.
La abuela de Ríos también usó esa red social para expresar su dolor. “¿Cuándo va a ser suficiente? Por un humano malvado, yo perdí a mi nieto amoroso y mi cuñada e hijo perdieron su hijo. Serás extrañado, pero nunca olvidado”. En otros posts la abuela denunció a la Asociación Nacional del Rifle (NRA), la agrupación estadounidense que se opone a cualquier restricción del uso de armas de fuego. “Hagan lo correcto y paren las ventas fáciles de las armas de fuego. ¿Cuántos más de nuestros miembros de familias tenemos que perder?”, preguntó.
El ataque ocurre a casi un año después que el matrimonio entre personas del mismo sexo se legalizó en todo Estados Unidos.
“Esto tiene un impacto recursivo en todo la nación y en la comunidad LGBT latina” dijo Félix E. Gardón Rivera, defensor de salud de la comunidad LGBT en Se Hace Camino Nueva York. “Nos sentimos sumamente traumados cuando esto pasa en cualquier espacio porque hemos luchado por la liberación tanto tiempo y una vez más nos sentimos abrumados”, dijo.