Morena o PRD: la izquierda mexicana define su futuro

Andrés Manuel López Obrador es el dirigente de Morena.

Andrés Manuel López Obrador es el dirigente de Morena. Crédito: EFE / Archivo

MÉXICO – Un proyecto de izquierda política en México se impondrá sobre otro el próximo  5 de junio cuando 37.5 millones de personas vayan a las urnas para renovar alcaldes, diputados y gobernadores en medio de una batalla de ideologías sociales y económicas.

En el lado radical, el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fundado por el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, contenderá por su cuenta y con altas posibilidades de hacerse de dos estados hasta ahora en manos del Partido Revolucionario Institucional (PRI): Veracruz y Zacatecas.

Morena nació tras varios años de enfrentamientos internos y batallas de control al interior del Partido de la Revolución Democrática (PRD) por el que contendió López en dos ocasiones. Desde su fundación fraccionó en dos la intensión del voto de izquierda (de alrededor del 30%) y hoy por hoy disputa a los perredistas una a una cada urna.

En los últimos meses ambos partidos han presentado ante la Fiscalía Especializada de Protección contra Delitos Electorales decenas de quejas sobre supuestas violaciones a la ley electoral entre compras de votos, recolecciones anticipadas de credenciales para votar o mal uso de las listas del padrón.

Para bien o para mal el partido de izquierda donde está Andrés Manuel siempre va a tener un activo, a jalar simpatizantes, el problema con él es que no es una opción de izquierda moderna o social demócrata”, observa Javier Aparicio del Centro de Investigación y Docencia Económica.

“De hecho en el tema social él no parece de izquierda, es muy conservador: no está a favor del aborto o del matrimonio gay  o la legalización de la marihuana como lo ha estado el PRD aunque sí es muy de izquierda en el tema económico: apoya el nacionalismo, la redistribución del ingreso y el desarrollo nacional”.

Del lado moderado de la izquierda, el PRD batalla entre el electorado con un problema de origen político al apostar en toda la contienda a su alianza con el Partido Acción Nacional (PAN) catalogado como de derecha y con una baja de seguidores tras dos sexenios a la cabeza del gobierno federal con Vicente Fox y Felipe Calderón.

Otros demonios también lo acosan, según describe el politólogo Jorge Fernández Menéndez.

“El PRD se debilitó por el caso Iguala (donde gobernaba al momento de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa) la corrupción de algunos de sus funcionarios y porque no supieron vender a la gente la participación en el pacto por México (con el que se aprobaron las principales reformas del presidente Peña Nieto”.

Toda esta impopularidad -agrega Fernández- bien la supo capitalizar López Obrador a favor de Morena.

Aparicio cree que hay un claro indicio de que Morena podría convertirse en la primera fuerza de izquierda para 2018 con Andrés Manuel en las boletas, por tercera ocasión para la presidencial. “Si el PRD pierde la capital – que gobierna desde 1997- y lo gana Morena el perfil quedará definido”.

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