Cinco asesinos del buen sexo (y no están relacionados con tus genitales)

Olvídate del tamaño, la forma o el desempeño de los órganos sexuales. Según la Harvard Medical School, los factores cerebrales pueden sabotear tu relación

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Crédito: Shutterstock

Seguramente has escuchado aquello de que el órgano sexual más importante en hombres y mujeres es el cerebro. Pues una publicación reciente de la Harvard Medical School lo confirma.

La investigación señala que ciertos factores relacionados con nuestra manera de pensar o actuar -y que nada tienen que ver con el tamaño, la forma o el desempeño de nuestros genitales– pueden ser muy peligrosos para tu vida sexual, al punto de sabotearla.

“Órganos sexuales funcionales, niveles apropiados de hormonas y la capacidad de excitarse no garantizan el buen sexo. Otros factores -factores cerebrales- pueden interponerse en el camino”, señala la publicación.

Los 5 saboteadores

Conoce los agentes que sabotean el buen sexo e identifícalos en tu vida diaria:

1. Autoestima. Cuando una de las dos partes de la pareja se siente menos sexy porque ha experimentado cambios en su cuerpo (aumento o reducción de peso, pérdida de cabello, enfermedades, el paso del tiempo), puede sentirse poco deseable para el otro o la otra. Estos sentimientos pueden inhibir a la persona para tomar la iniciativa o responder a estímulos sexuales.

2. Problemas en la relación. La distancia emocional de la pareja puede minar de manera importante la vida sexual en pareja. Problemas financieros, conflictos en la educación de los hijos, desacuerdos no solucionados, son asuntos que nada tienen que ver con el sexo, pueden desencadenar un problema en la cama. Aunque también puede ser al revés: una vida sexual con carencias puede desencadenar problemas en la relación.

3. Ansiedad por el rendimiento sexual. A partir de los 50 años este problema afecta más a hombres y mujeres por igual. Es tanta la preocupación por tener un buen desempeño en la cama que dejan de disfrutarlo o incluso de sentir placer y orgasmos. Lo mejor es relajarse y dejar que la vida sexual fluya de la manera más natural posible.

4. Estrés y cambios en el estilo de vida. La fatiga y el estrés pueden minar rápidamente el deseo sexual. Los niños, la salud, el dinero, problemas familiares y en el trabajo pueden estresar seriamente a la pareja. Esta situación puede ocasionar que deje de alimentar los aspectos convivenciales, emocionales y sexuales en la pareja.

5. Agentes externos. Aunque la sexualidad es natural e inherente al ser humano, factores como la educación, la cultura, la religión, los círculos sociales y hasta los medios de comunicación influyen en la concepción del sexo. Estas circunstancias pueden hacerte pensar negativamente sobre algunas prácticas sexuales y evitar que las disfrutes.

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