Las ventajas de nadar para las embarazadas
Ayuda a controlar el peso, aumenta la autoestima, permite el socializar, la lista es larga
El embarazo está visto como una etapa de vulnerabilidad en la que la futura mamá debe eliminar todo riesgo posible para ella y el bebé. Esto provoca que algunas mujeres y algunos entornos consideren el ejercicio físico como algo incompatible con el embarazo.
Esta visión es un error, ya que un embarazo sedentario puede ser un riesgo mayor que aquel en el que se haga ejercicio físico de manera inteligente y con supervisión médica. La clave está en acertar con la actividad adecuada para cada mujer, lo que dependerá de sus hábitos previos al embarazo y, por supuesto, de que no tenga riesgos médicos concretos.
Una de las actividades más recomendadas es la natación. Comprobemos por qué, atendiendo a algunos de sus beneficios más destacados:
- Combate el estrés
Las sensaciones de inmersión y flotación en el agua son agradables de por sí, pero especialmente en una etapa en la que las preocupaciones acerca de nuestra salud son mucho mayores. Sobre todo en el caso de las madres que ya tienen hijos o responsabilidades laborales, tener una válvula de escape a las rutinas y obligaciones ayuda a combatir el nerviosismo en el que a veces pueden caer.
- Permite graduar el nivel de esfuerzo con sencillez
Más que ningún otro deporte, la natación permite ir adecuado la intensidad de nuestro ejercicio a nuestras posibilidades. Si un día nos sentimos muy cansadas o bien ya estamos muy cerca del parto, no tenemos que hacer un número de largos en la piscina, bastará con flotar y bracear suavemente; ya que incluso ese leve ejercicio es beneficioso.
- Facilita el control del peso
Muchas mujeres se excusan en el embarazo para justificar cualquier ganancia de peso aunque esta no esté relacionada con el desarrollo del bebé. Desde abusar de los famosos “antojos” hasta abandonar una dieta responsable o todo ejercicio físico, son errores que en ocasiones se cometen en el embarazo.
Un ejercicio ligero y adaptable como la natación es ideal para que nuestra ganancia de peso sea progresiva y saludable, atendiendo a nuestras necesidades y las del bebé.
4.- Mejora la autoestima
Durante el embarazo nuestro cuerpo pasa por muchas transformaciones y eso puede dañar la visión que una mujer tiene de sí misma. Sentirse pesada, torpe, menos guapa y padecer los vaivenes emocionales típicos de esta etapa, puede ser difícil de sobrellevar.
La sensación de ligereza que nos proporciona el agua, el movimiento suave y agradable de la natación y el buceo y el mero hecho de normalizar la imagen de nuestro cuerpo en traje de baño, tiene unos efectos positivos en nuestra visión sobre nosotras mismas. Sobre todo si podemos compartir tiempo y ejercicios con otras embarazadas.
- Ayuda a socializar
Ya hemos alertado de los riesgos de la sobreprotección durante el embarazo. Uno de ellos es que la futura mamá viva en una burbuja, casi aislada, lo que psicológicamente es nocivo.
Salvo para las muy pocas que puedan disponer de su propia piscina, nadar supone salir a espacios donde nos relacionamos con más gente. Sobre todo si podemos acudir a algún centro deportivo con actividades para embarazadas, obtendremos un gran beneficio socializando con personas que tienen nuestras mismas preocupaciones.
6.- Combate la retención de líquidos
El ejercicio rutinario contribuye a que nuestros aparatos digestivo y circulatorio funcionen mejor, lo que ayuda a eliminar la retención de líquidos excesiva que a veces se padece durante el embarazo.
Eso si, nunca olvidemos que todo ejercicio físico realizado durante el embarazo ha de llevarse a cabo bajo la supervisión de nuestro médico de confianza y en atención a nuestras necesidades personales.
