Una peluquera de Tlaxcala en Brooklyn

Desde hace ocho años, Mariela Hernández se ha abierto campo en el mundo de las barberías. Aprendió cosmetología y ahora se mantiene informada de las tendencias y los cambios de la moda en cortes de cabello, tintes y barbas

Estos días, cuando se realizan las Primeras Comuniones, Mariela Hernández ha estado más ocupada que de costumbre.

Ocupa una silla en la barbería F.R.G, un ambiente masculino, donde ella atiende a sus clientes, que varían desde niños pequeños, niñas y quinceañeras, así como hombres que buscan un corte de cabello moderno o un nuevo estilo para la barba.

“Me gusta porque es cerca, además del ambiente, me gusta trabajar con ellos”, dice Mariela, refiriéndose a los hermanos Francisco, Roberto y George López, fundadores de la barbería cuya sede central es Sunset Park y está en expansión.

Mariela tiene 29 años. Es originaria de Zacatelco, Tlaxcala, México; allá estudió en una academia con el objetivo de convertirse en cosmetóloga. Llegó a Nueva York en 2008 y aunque los primeros cuatro meses se dedicó a limpiar casas, no descansó hasta conseguir trabajo en una barbería y poner en práctica todo lo que había aprendido.

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Cuando se embarazó de su niña, -en 2008- dejó de trabajar. La pausa duró hasta  2011, cuando comenzó con los hermanos López, quienes son originarios del Quiché guatemalteco. Actualmente hay un total de ocho barberos y peluqueros en la sede principal y cuatro en la nueva sucursal que abrieron en noviembre del año pasado en el 8606 de la Avenida 19, en Brooklyn.

En esta zona sobreviven algunas antiguas barberías italianas, se mantienen los negocios atendidos por judíos y árabes pero hay un auge de propietarios originarios de México y Guatemala.

Mariela, como el resto de sus compañeros, atiende una clientela muy variada, principalmente latinoamericana, aunque se le suman asiáticos, rusos e italianos. “Digamos que de cada 10 clientes tres son mujeres, dos niños o niñas y el resto son hombres”, cuenta.

Lo que cuesta al principio es aprenderse los nombres de los cortes, que son distintos a los que conocemos en nuestros países. “Aquí piden el forehead, flap tap up y low fade, por ejemplo”.

En el local más nuevo, donde Mariela trabaja de lunes a sábado, el espejo tiene colocados varios billetes de distinta denominación, los cuales han sido dejados por los clientes, en espera de la buena suerte.

En las paredes están desplegados posters con la gran variedad de cortes de cabello para niños, jóvenes y adultos que están de moda. “Vamos a shows en Manhattan para conocer las tendencias y las modas, así entendemos qué es lo que quieren los clientes y podemos satisfacerlos”, añadió.

En cuanto a las damas que son sus clientas, Mariela indica que son conservadoras. La tendencia de 2016 está encabezada por las “puntas californianas”, que son puntas de dos colores, así como tintes completos de color azul, verde, rojo y amarillo. Pero como no a todas les interesa, se esmera en complacerlas cuando le piden ocultar las canas, realizar highlights y cortes de cabello en general.

En su teléfono celular guarda las fotos de peinados que ha hecho a las niñas de la Primera Comunión de este mes y de quinceañeras de meses atrás. Las muestra con mucho orgullo.

“¿Cuál es el niño más pequeño que has atendido, como cliente?”, le pregunta uno de sus compañeros. “Pues mi sobrino, uno pequeño de menos de un año”, le responde. “Trajeron uno pequeñito de dos meses, los árabes suelen pedir que a los niños recién nacidos le corten el pelo, yo sí me atreví”, le contesta.

Mariela pone fin a la conversación para atender a su primer cliente del día, un niño de 3 años que le pide un corte de pelo como Tree Fu Tom. “¿Ese cuál es?”, le pregunta, mientras le coloca la silla alta, la capa, y comienza a acicalarle.

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