Betty Rosa: “Tenemos que trabajar juntos por nuestros niños”

La nueva canciller de Educación de la Junta de Regentes asegura que trabajará para que todos los niños reciban la formación necesaria para ser exitosos

Betty Rosa, canciller

Betty Rosa, canciller Crédito: Suministrada

En marzo pasado la Junta de Regentes de Nueva York nombró a la puertorriqueña Betty Rosa como nueva canciller de Educación, en lo que muchos esperan sea un nuevo camino en el futuro de las escuelas del estado.

La funcionaria reemplazó en el cargo a Merryl H. Tisch, quien recibió severas críticas, incluso por parte de Rosa, por los exámenes con los que el estado está haciendo su transición hacia la iniciativa denominada ‘Common Core’, que evalúa lo que los estudiantes deben saber al final de cada grado, en materias como inglés y matemáticas, entre otras.

La nueva canciller habló con El Diario sobre su nombramiento y los planes que espera implementar desde su cargo, en favor de los más de 3.2 millones de estudiantes que hay en las 6,500 escuelas públicas del estado.

Como una inmigrante que llegó a Estados Unidos cuando tenía nueve años, sin hablar inglés, Betty Rosa afirma que entiende muy bien las necesidades de los niños que llegan de otros países, al igual que los que nacieron aquí.

Su meta es que, en un trabajo mancomunado con padres de familia y profesores, los niños se eduquen de la mejor manera posible, para ser exitosos en la vida y que incluso alguno de ellos llegue a ser el próximo presidente de Estados Unidos.

¿Señora Rosa, cómo recibe la jefatura de la Junta de Regentes?
“Con mucho trabajo. Nosotros tenemos una carga grande. Estamos mirando las evaluaciones de los niños y los maestros y la preparación de los profesores, porque es sumamente importante que a los profesores a los que les estamos dando sus certificados, puedan estar bien preparados y así beneficiar a nuestros estudiantes”.

¿Cuáles son sus prioridades en el cargo?
“Tenemos muchas situaciones con las cuales tenemos que bregar y dentro de nuestro sistema hay muchos niños con muchas necesidades. Por eso estamos bregando con universidades, con las escuelas. Una de las cosas más grandes por la que voy a trabajar y por la que naturalmente estoy preocupada, es por los niños que vienen a este país, que entran a la escuela y después de un año les dan un examen que es sumamente difícil y lo pierden. Ellos son inteligentes y muchos de ellos tienen los conocimientos necesarios para pasar, pero los estándares de las pruebas son demasiado altos”.

¿Pero, esos exámenes no son un indicador de que no están preparados para ser promovidos?
“Algunos vienen de países en los que tal vez no han ido a la escuela, pero la mayoría sí ha ido, y están preparados. Pero obviamente al presentar los exámenes en inglés, el idioma es un freno, entonces no están siendo evaluados de manera justa. Pienso firmemente en que cualquier persona que tiene conocimientos, pero que está en el proceso de aprender un idioma, al enfrentarse a esas pruebas, los resultados que van a salir no indican en realidad cómo esos niños están progresando”.

¿Y cuál es su posición sobre la iniciativa del Common Core?
“Tenemos que bregar también con el Gobierno Federal. Le pedimos que nos de más tiempo con esos niños. Es obvio que, por ejemplo, si yo soy una persona que estudié en Harvard y me voy a Japón o a Francia y no hablo el idioma, por más educada que sea, si me hacen pruebas, al principio voy a fallar. Eso coge tiempo y eso es lo que he tratado de demostrar”.

¿Qué podemos hacer desde el sistema de Educación para echarles una mano a los niños?
“Yo quiero darle a mis niños los recursos y el tiempo necesarios para que puedan tener éxito en sus pruebas. Tenemos que proporcionarles la preparación para que se desarrollen bien y que cuando cojan el examen sean exitosos. Vamos a trabajar más en programas de extensión de la escuela, programas de fines de semana, programas que socialmente los ayuden a desarrollar el idioma, porque el problema es que muchos de ellos están desarrollando el idioma académico solamente, pero necesitan desarrollar a la par el idioma social y luego sí tomar los exámenes”.

¿Usted vivió experiencias similares a la de muchos niños inmigrantes?
“Al igual que la canciller de Educación de la Ciudad (Carmen Fariña), soy una mujer que llegó aquí sin hablar el idioma y tuve que aprenderlo. No tenía la preparación para entenderlo todo ni conversar, pero con el tiempo pude lograrlo y me convertí en una mujer exitosa. Yo llegué a este país cuando tenía nueve años y fue muy difícil ver cómo me evaluaron. Yo era una estudiante adelantada en Puerto Rico, pero aquí en el primer año, por no saber bien el idioma, me colgaron y me quedé con esa rabia y me dije: ‘el sistema me debe un año’. Me sentí como que me robaron un año. Pero luego la vida me hizo justicia, porque me gradué de la escuela secundaria seis meses adelantada, y en la universidad me gradué en tres años en vez de cuatro”.

¿Cuál es el mensaje que le envía a los padres de familia?
“Lo más importante es que los padres se tienen que envolver en la educación de sus hijos. Tienen que darle la importancia que eso se merece y con la actitud de ‘sí se puede’. Ellos deben demostrar ese interés para que podamos sacar adelante entre todos a nuestros niños”.

¿Cuál es esa meta específica, ese sueño que tiene para ellos?
“Mi plan es que todos nos envolvamos en ayudar a que nuestros hijos puedan ser los mejores en lo que hagan. Tenemos que ayudarlos para que sean médicos, licenciados, maestros y que incluso, si esos niños quieren, ser el próximo presidente de los Estados Unidos, que tengan todas las capacidades y herramientas necesarias para hacerlo, y no como un candidato que está por ahí, pero del que no voy a decir el nombre, que uno ni se explica cómo es posible que esté compitiendo y teniendo tanto apoyo. Basta ver la forma como se expresa, y ver eso es algo que tiene que hacernos pensar que no podemos llegar a ese nivel”.

¿Cree que a ese candidato le faltó una buena educación?
“Vamos a dejarlo ahí, pero ante todo, insisto en pedirle a los padres que sigan apoyando a sus hijos y que se envuelvan en este proceso, porque la tarea es de todos. Tenemos que trabajar juntos por nuestros niños”.

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