Los peores momentos de la vida de Dascha Polanco

La vida de la actriz Dascha Polanco dio un giro radical el pasado mes de agosto cuando recibió una inesperada llamada de la policía de Nueva York para informarle de que había sido acusada de agredir a una menor, Michelle Cardona -quien en aquel momento tenía 17 años-, en su piso del edificio Washington Heights. Aquella llamada fue el inicio de una dura batalla legal de ocho meses para limpiar su nombre durante la que Dascha -que todavía se niega a hablar de lo que sucedió realmente el día de la supuesta agresión, aunque niega todas las acusaciones- cayó en una depresión.

“En aquel momento no comprendí del todo la gravedad de las acusaciones. ¿Yo, Dascha? Ni siquiera me habían expulsado del colegio. Se me cayó el corazón a los pies”, confiesa la intérprete en una entrevista al New York Post.

La intérprete se dio cuenta del grave problema al que se enfrentaba cuando acudió a la comisaría ese mismo agosto por recomendación de su abogado -al que despidió más tarde- esperando que se retiraran todos los cargos y, para su sorpresa, acabaron tomándole las huellas dactilares.

“Me tomaron las huellas dactilares, me quería morir. Los policías mientras tanto me pedían que me sacara selfis con ellos”, recuerda Dascha.

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La pesadilla de Dascha llegó a su fin el pasado marzo, cuando un juez desestimó los cargos a condición de que la actriz no fuera detenida en los próximos seis meses, supuestamente basándose en que las fotos y los informes médicos facilitados por Michelle Cardona indicaban que solo había sufrido lesiones leves, a pesar de que ella afirmaba que Dascha le había golpeado con el puño cerrado en la cara y la cabeza.

Ahora la actriz se siente lo bastante segura como para revelar que Cardona abordó en seis ocasiones a varios de sus allegados dándoles un mensaje para ella: que retiraría sus acusaciones a cambio de 5,000 dólares que pensaba invertir en cirugía plástica.

“Dijo que quería el dinero para cirugía plástica: ‘Quiero ponerme t*tas y cu**’“, confiesa Dascha.

A nivel profesional, la noticia de que se encontraba inmersa en una batalla legal afectó a la intérprete durante la promoción de la película ‘Joy’ el pasado mes de diciembre, ya que de repente ningún diseñador parecía dispuesto a prestarle su ropa.

“Las marcas me decían: ‘No podemos trabajar contigo hasta que se aclare todo eso’. Estaba muy triste y deprimida. Me costó mucho dar la cara“, reconoce.

En el terreno personal esa desagradable experiencia ha afectado al carácter de Dascha, convirtiéndola en una persona “paranoica”.

“Ahora soy muy paranoica. Me cambió a nivel social”.