Israel alienta la inmigración de judíos latinoamericanos en busca del “Sueño Hebreo”

El gobierno ofrece toda clase de ayudas a los recién llegados, aunque casi todos los adultos coinciden en que entre los retos más difíciles está el aprendizaje del hebreo

La Agencia Judía ofrece toda clase de ayudas para los inmigrantes judíos de América Latina y resto del mundo, para facilitar su integración social y económica en Israel.

La Agencia Judía ofrece toda clase de ayudas para los inmigrantes judíos de América Latina y resto del mundo, para facilitar su integración social y económica en Israel.  Crédito: María Peña | María Peña/Impremedia

ASCALON.- Si EEUU sirve de imán para los hispanos que buscan el “Sueño Americano”, los judíos latinoamericanos se instalan en Israel en busca de su “Sueño Hebreo” y, aunque nunca es fácil empezar de cero,  jamás afrontan problemas migratorios y el gobierno israelí les facilita su integración social y económica en este país.

Durante una visita a un centro de acopio de inmigrantes en la ciudad costera de Ascalón (Ashkelon), a 73 kilómetros al sudoeste de Jerusalén y a 13 kilómetros al norte de la frontera con la Franja de Gaza, varios inmigrantes latinoamericanos explicaron que su llegada a Israel ha sido como “un regreso a casa”.

“A Estados Unidos vas a ir como inmigrante ilegal, perseguido por la policía, tratándote como inmigrante… acá llegamos, en cuanto pisas suelo de Israel sos ciudadano israelí, con todos los derechos y deberes que en EEUU no te los dan”, explicó el argentino Edgardo Peck, quien emigró a Israel con su familia hace aproximadamente un año.

El argentino Edgardo Peck emigró junto con su familia a Israel hace un año.
El argentino Edgardo Peck emigró junto con su familia a Israel hace un año.

“Venir a Israel, para quien quiera venir, que se prepare porque no es fácil. Pero después encuentra un lugar maravilloso”, agregó Peck, exempresario y licenciado en Teología.

Por su parte, el uruguayo Andrés David se siente satisfecho de haber cumplido hace casi dos años su sueño de hacer “aliá” (inmigrar o “subir” a la Tierra de Israel), aunque no pudo hacerlo en compañía de su difunta esposa y, en ocasiones, echa de menos el asado y tiene “momentos de vacío”.

El uruguayo Andrés David se siente satisfecho de haber cumplido su "sueño" de establecerse en Israel.
El uruguayo Andrés David se siente satisfecho de haber cumplido su “sueño” de establecerse en Israel.

“La experiencia de cada uno es diferente, pero siempre una cosa comun en todas las migraciones: primero el nerviosismo, la euforia de nuevos desafíos, de empezar de nuevo… la colectividad se hace cargo del individuo, acá no hay nadie pidiendo en las calles”, observó David.

La política migratoria del gobierno israelí permite y alienta la inmigración en el país, siempre y cuando los extranjeros sean de la fe judía.

Aunque las autoridades no mantiene archivos ni datos oficiales sobre las motivaciones para emigrar a Israel,  la mayoría lo hace por razones espirituales, económicas, o de superación personal.

El consenso de los inmigrantes consultados por este diario fue que, pese a vivir bajo la constante amenaza de ataques terroristas, se respira un ambiente de mayor seguridad ciudadana.

El judío de la diáspora llega a Israel y consigue su “Sueño Hebreo”, aseguran.

De hecho, en los últimos años, la amenaza de grupos terroristas en Europa, la inestabilidad económica o ataques antisemitas, han contribuido a la emigración de judíos de Occidente hacia Israel.

Una vez que tocan suelo israelí, todo inmigrante judío recibe ayuda financiera, de vivienda, cobertura médica y asesoría de un asistente social, así como un curso intensivo de hebreo, durante seis meses, además de que la Agencia Judía ofrece otros servicios para facilitar la integración de estos inmigrantes.

Los jubilados, como David, reciben ayuda de diversas agencias del gobierno aún cuando no han trabajado en el país.

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Imágenes de un centro de acopio de inmigrantes en Ascalón, al sudoeste de Jerusalén, donde judíos latinoamericanos comparten sus experiencias al empezar de cero en Israel. La Agencia Judía les ofrece toda clase de ayuda para facilitar su integración social y económica en Israel.

Se calcula que alrededor de 150,000 latinos viven en Israel, la mayoría de Argentina, Uruguay y Brasil ?poco más de 3,000 mexicanos están asentados en Tel Aviv-, y muchos, con la ayuda del Estado, logran continuar sus estudios universitarios, establecer negocios o iniciar carreras profesionales.

Algunos, como el argentino Jaacov Braude  se ha acostumbrado a la vida en el “kibbutz” (una aldea agrícola al estilo socialista) de Mefalsim, creado en la década de 1950 por inmigrantes sudamericanos y ubicado a diez minutos de la Franja de Gaza, desde donde grupos terroristas suelen lanzar ataques con cohetes.

El quejido de una sirena es la única alerta que reciben tanto los adultos como los niños en la guardería del complejo residencial para buscar amparo, en cuestión de 15 segundos, en uno de varios refugios antimisiles, fabricados de concreto.

Una de las sirenas en el "kibbutz" cerca de la Franja de Gaza, que dan a sus habitantes cuestión de segundos para buscar amparo en los refugios anticohetes.
Una de las sirenas en el “kibbutz” cerca de la Franja de Gaza, que dan a sus habitantes cuestión de segundos para buscar amparo en los refugios anticohetes.

Pero, lejos de su natal Tucumán, Braude lleva 64 años en Israel y asegura que, al igual que para el resto de los apróximadamente 900 habitantes del “kibbutz”,  la constante tensión no es razón suficiente para abandonar su país.

El argentino Jaacov Braude emigró en su juventud a un "kibbutz" (colectividad socialista) en el suroeste de Israel y allí piensa vivir el resto de su vida.
El argentino Jaacov Braude emigró en su juventud a un “kibbutz” (colectividad socialista) en el suroeste de Israel y allí piensa vivir el resto de su vida.

“La situación ahora es mucho más tensa, pero esto (el conflicto) no puede durar toda la vida, y mi vida yo la he hecho aquí”, señaló Braude, al repasar la evolución y desarrollo del “kibbutz”, cerca del desierto del Néguev.

A diferencia de la política migratoria de EEUU, los inmigrantes judíos reciben de inmediato la ciudadanía israelí, lo que les permite participar en el proceso electoral en este país.

Entre un 10% y un 15% de los inmigrantes decide regresar a sus países o buscar un nuevo destino, según datos oficiales.

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