¿Quién es la misteriosa mujer que bendijo el papa Francisco en Morelia?

“Si la montaña no va hacia mi yo voy a la montaña”, pensó la mujer. Vestida de pantalón negro y playera blanca, zapatos de piso y el pelo al aire, corto hasta los hombros, apareció repentinamente ante las cámara de televisión, entre los guardaespaldas que le abrieron paso, más a fuerza que de ganas. El papa Francisco la miró de frente y con una sonrisa, le dio la bendición.

Segundos después, el pequeño coche desde el cual el papa se movilizaba después de la misa en el estadio “Venustiano Carranza” en Morelia, Michoacán, avanzó hacia la multitud que lo aclamaba, tras la misa ante unos 200 mil sacerdotes, obispos y religiosos.

Nadie sabe quién era ni cómo rompió el cerco de seguridad. O por lo menos no, hasta el último momento en que este diario indagó ante los organizadores de la visita papal en el Episcopado mexicano y en el arzobispado michoacano.

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Es la segunda vez que una persona logra colarse hasta la cercanía del papa Francisco en su gira por México. Anteriormente, otra mujer en Ecatepec, Estado de México, lo logró el pasado domingo.

“Creo que no es tan complicado”, señaló Arturo Méndez, un estudiante de medicina en ese municipio. “Sólo falta que baje la velocidad y calcular el momento justo de colarte por un hueco de la valla donde no haya gente del Estado Mayor Presidencial”.

Lo cierto es que, a diferencia de EEUU, el papa Francisco en México ha tenido menos iniciativa para salirse del protocolo, como sí lo hizo en Filadelfia y Washington, para saludar a una anciana de 100 años, a un niño con esclerósis múltiple y a otros feligreses. En Paraguay y Ecuador dedicó gestos similares.

En México, aún se espera el momento en que frene el Papamóvil y se acerque a la gente que tanto sueña con sus apapachos.