Salario mínimo más alto no perjudica al sector de restaurantes

Fast Food Workers Stage Nationwide Protests For Higher Wages

Crédito: Getty Images

La lógica de un argumento común en contra de aumentar el salario mínimo de los trabajadores de restaurante es que si se fuerza a los negocios a aumentar el salario mínimo, estos también se verán forzados a despedir personal o, lo que es incluso peor, que los restaurantes tendrán que aumentar sus precios y, a fin de cuentas, cerrarán.

Quienes se oponen a un salario mínimo más alto van a tener que comenzar a buscar nuevos argumentos, dado un estudio reciente de la Universidad Cornell que prueba que aumentar el salario mínimo no ha perjudicado al sector de restaurantes, incluso cuando estos elevaron sus precios para dar cabida a salarios más altos.

El estudio es el más reciente en una serie de análisis similares sobre este tema. Es hora de que los legisladores comiencen a prestar atención a estos rigurosos estudios académicos –y, obviamente, a los trabajadores– y aumenten el salario mínimo de los trabajadores que reciben propinas, el cual es escandaloso.

Los salarios bajos son particularmente problemáticos en el sector de restaurantes, donde muchos trabajadores ganan la mayor parte de sus ingresos a manera de propina. Si bien el salario mínimo federal actualmente es de $7.25 por hora, las leyes federales permiten que los empleadores paguen a sus empleados que reciben propina un salario básico de apenas $2.13 por hora, lo que hace que los trabajadores dependan de la buena voluntad de sus clientes de darles propina.

Esto lleva a un estado de precariedad para los trabajadores, que se ven forzados a arreglárselas de turno en turno. Entre los empleados del sector de restaurantes, 17 por ciento o 1 de cada 6 vive en condiciones de pobreza. Este índice de trabajadores pobres es 10 puntos porcentuales más bajo entre empleados fuera del sector de restaurantes.

Más que cualquier otro grupo de trabajadores en los Estados Unidos, los latinos tienden a trabajar en el mal remunerado sector de restaurantes y representan un cuarto de todos los empleados de restaurante.

Además de mejorar la vida de trabajadores latinos y otros, un aumento del salario mínimo básico también podría beneficiar a los propios restaurantes, señala el estudio de Cornell. Los salarios mínimos más altos hacen que haya menos cambios de personal y que la productividad de los empleados aumente.

Hasta ahora, siete estados han fijado un salario básico equivalente a 100 por ciento del salario mínimo para trabajadores que reciben propina, con lo que se asegura que los empleadores les paguen a dichos empleados todo el salario mínimo en vez de menos de $3 por hora, que es absurdamente mezquino.

Pero eso no basta ni mucho menos. Durante muchos años, los trabajadores se han unido para exigir que se aumente el salario mínimo, y debemos tomar en serio sus reclamos. Estos siete estados deben servir de modelo para los demás estados y el gobierno federal, como también municipalidades que tienen el poder de incrementar el salario mínimo. Debemos evitar la inmoralidad de que 1 de cada 6 trabajadores de restaurantes viva en condiciones de pobreza. Ahora que contamos con información económica que respalda a los empleados de restaurante, todo lo que queda es la acción política.

-Kate Hamaji es investigadora del Centro de Democracia Popular (Center for Popular Democracy)

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