“El Chapo” Guzmán: biografía del capo de capos (gráfico)

Joaquín Archivaldo Guzmán Loera nació en la comunidad de La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, el 4 de abril de 1957

Joaquín Archivaldo Guzmán Loera nació en la comunidad de La Tuna, Badiraguato, Sinaloa, el 4 de abril de 1957. Es hijo de Consuelo y Emilio. Casada por la fe católica, esta pareja de campesinos procreó once niños. Ocho hombres y tres mujeres. A todos los criaron en la misma casa de adobe y lámina.

Algunas fuentes indican que pudieron estudiar hasta tercero de Primaria y otras que hasta sexto. Ángel Robles Bañuelos, ex Presidente municipal de Badiraguato y profesor rural, dijo a SinEmbargo hace unas semanas que la educación básica en esta región del país ha sido una batalla de Quijotes, que en los cincuenta y sesenta del siglo pasado, los niños no iban a la escuela y si lo hicieron, fue de manera intermitente.

De modo que es posible que los Guzmán Loera no hayan estudiado nada.

Como sea, esa niñez se hizo en la más profunda miseria, la de la Sierra Madre Occidental mexicana, entre campos de naranjas y a veces, cacahuate, y cerros de lodo. Ya ninguno vive ahí. Sólo sobrevive la madre cuya vida transcurre entre ollas de peltre y muebles antiguos, muy alejada de la ostentosidad que se le adjudica a su hijo.

Joaquín Archivaldo Guzmán salió del terruño mientras seguía las señales marcadas por la expansión del narcotráfico en la región. Félix Gallardo le tenía confianza y lo llevó a Culiacán y luego, a Guadalajara. “El Chapo” tenía 32 años de edad cuando presenció la detención de su padrino. Acaso supo que ahí empezaba la oportunidad única del crecimiento propio. Pero ahí estaba también Ismael “El Mayo” Zambada y a querer o no, había que hacer alianzas. Así que los dos fincaron su grupo, el Cártel de Sinaloa o Pacífico (los investigadores aún no están de acuerdo en la nomenclatura de los grupos que trafican droga), mientras los hermanos Arellano Félix se expandían en Tijuana.

Todo iba en marcha, pero en 1993, el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo cayó acribillado en Guadalajara, Jalisco. La PGR, a cargo de Jorge Carpizo, lo presentó como el jefe de capos que, en contra de los Arellano, habría provocado la lluvia de balas que mató al prelado. Y al Chapo lo capturaron elementos policiacos de Guatemala en el río Suchiate, lo entregaron en el puente internacional “El Talismán” y luego, ya en manos de la PGR, lo llevaron al penal de Almoloya y después, al de Puente Grande en Jalisco.

En 2001, se fugó. Y en los 13 años siguientes logró modificar para su ganancia todos los mapas del trasiego de drogas. Para la PGR, sus operaciones están distribuidas en todo el país. Para la Oficina Europea de Policía (Europol) ha penetrado en Europa y Oceanía. Para autoridades de Hong Kong, según un reportaje publicado por el South Morning Post, está ligado a dos triadas de ese país, la 14K y la Sun Yee On. El Departamento de Estado de Estados Unidos sostiene que es la inteligencia a partir de la cual, es traficada desde Colombia del 30 al 50 por ciento de la droga vendida en aquel país.

Aunque la revista Forbes jamás ha revelado bajo qué parámetros calculó su fortuna, lo incluyó en su lista de hombres acaudalados a partir de 2012. Mil millones de dólares tenía “El Chapo” aquel año. Pero para 2015, la publicación lo había excluido por una razón: desconocía cómo gastaba sus recursos. De eso, hay muy pocos rastros.

En ninguna de las dos capturas anteriores, el Gobierno de México ha logrado socavar su fortuna.

El 8 de enero de 2016, Enrique Peña Nieta, presidente de la república, anunció la detención del capo, ésta siendo la tercera vez que es capturado.

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