Veintiséis muertos civiles, soldados y miembros de ISIS en Irak

Peregrinas chíies a su llegada a Shalamcheh con destino a la ciudad de Kerbala, donde más de diecisiete millones de peregrinos chiíes celebran la festividad religiosa de Al Arbaín.

Peregrinas chíies a su llegada a Shalamcheh con destino a la ciudad de Kerbala, donde más de diecisiete millones de peregrinos chiíes celebran la festividad religiosa de Al Arbaín. Crédito: Haider Al-Assadee | EFE

BAGDAD, Irak – Al menos 26 personas murieron este viernes en la provincia de Al Anbar (oeste de Irak), entre ellas 17 soldados víctimas de un atentado suicida, y otras 11 resultaron heridas, informó una fuente de seguridad.

La fuente detalló que los militares fallecieron cuando un suicida al volante de un coche bomba detonó los explosivos que trasladaba junto a un grupo de soldados del Ejército iraquí en la zona de Yiba, al este de la localidad de Hadiza.

Por otra parte, seis insurgentes del grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) perecieron y cinco resultaron heridos en bombardeos de la coalición internacional contra una fábrica de coches bomba en el barrio de Yibil en el sur de la ciudad de Al Faluya, situada a 50 kilómetros al oeste de Bagdad, según la fuente.

Además, en la zona de Al Halabsa, al oeste de Faluya, al menos tres personas perdieron la vida y seis resultaron heridas en bombardeos de la aviación iraquí, agregó la fuente, quien aseguró desconocer si los muertos eran civiles o yihadistas.

El jueves, 83 yihadistas de ISIS murieron en bombardeos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos en las provincias de Al Anbar y Nínive y en Mosul, capital de Nínive y principal feudo de los extremistas en Irak, así como en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad iraquíes.

El 10 de junio de 2014, el ISIS ocupó la ciudad de Mosul y grandes partes del país tras una ofensiva relámpago y posteriormente proclamó un califato en los territorios iraquíes y sirios que controlaba.

La Policía tunecina arresta a cinco de un grupo yihadista afín a ISIS

Por otro lado, en Túnez, la Policía ha arrestado a cinco presuntos miembros del grupo yihadista local Katibat Forqan, afín a ISIS, en la localidad meridional de Medenine, próxima a la frontera con Libia.

Según un comunicado ministerial, estos arrestos condujeron al descubrimiento y desmantelamiento de un almacén con armas en la ciudad costera de Susa, escenario del atentado que en junio pasado segó la vida de 38 turistas extranjeros.

“Los acusados admitieron haber planeado operaciones terroristas contra personalidades políticas con el fin de crear el caos y socavar las instituciones del Estado”, precisa la nota, sin ofrecer más detalles.

El martes pasado, Túnez fue objeto del tercer ataque terrorista que sufre este año.

Este atentado suicida, en el que murieron doce guardias presidenciales en el centro de la capital, supone un cambio de estrategia de los yihadistas, ya que en los dos anteriores habían atacado la industria del turismo, uno de los pilares del país.

La primera de esas acciones se produjo el 18 de marzo en el museo de El Bardo de la capital, donde dos hombres -también vinculados a ISIS- burlaron los controles de seguridad y mataron a tiros a 22 visitantes foráneos, en su mayoría europeos.

Apenas cuatro meses después, el 26 de junio, un joven tunecino con lazos con la rama de ISIS en Libia, donde recibió entrenamiento militar, asesinó a 38 turistas extranjeros en una playa de Susa.

Tras ese último atentado, que tenía como objetivo golpear aún más la frágil economía tunecina, el Gobierno decretó el estado de emergencia durante dos meses, medida que volvió a imponer este martes, junto a un toque de queda nocturno.

Desde entonces, las fuerzas de seguridad han detenido a cerca de medio centenar de personas por sus presuntos vínculos con células yihadistas.

El ataque se produjo en un contexto caracterizado por el aumento de la actividad del Ejército, que en el último mes y medio ha anunciado el desmantelamiento de al menos una decena de células yihadistas y el arresto de cerca de medio centenar de sospechosos en todo el país.

Los combates se libraban hasta ahora en la región de Kasserine, una agreste zona donde desde 2011 se refugian radicales procedentes de todo el Magreb y yihadistas tunecinos, muchos de ellos retornados de la guerra en Siria e Irak.

En declaraciones a la prensa, el primer ministro tunecino, Habib Essid, aseguró este viernes que, desde que su gabinete asumió el poder el pasado enero, las fuerzas de seguridad han detenido a más de 2,600 terroristas.

Además, agregó, se han desmantelado 34 células armadas, bloqueado 12 instrumentos de financiación y desmontado 21 grupos de propaganda por internet y 57 de reclutamiento de combatiente y envío a Siria e Irak.

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