Sexenio de EPN: Sube 400% secuestro de sacerdotes

México, en donde viven 92.9 millones de católicos bautizados, es el primer país en el mundo occidental con el mayor número de sacerdotes asesinados

Ciudad de México.– Durante el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto 11 sacerdotes católicos han sido asesinados y la cifra de religiosos secuestrados subió un 400 por ciento si se compara con la del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, revelan datos del Centro Católico Multimedial (CCM).

Las cifras del organismo revelan que durante los últimos 25 años, en total han sido perpetrados 51 atentados contra miembros de la Iglesia católica. La lista de los clérigos que han perdido la  vida de modo violento de 1990 a 2015  la encabeza un cardenal, 39 sacerdotes, un diácono, cuatro religiosos, cinco laicos y una periodista católica.

“La tendencia de atentados contra sacerdotes sigue al alza: se registra un aumentó de un 120%, en lo que va de 2015, comparado contra el tercer año de gestión de la anterior administración”.

“Cotejando los números, el fenómeno ha ido aumentado, en el caso de México subió un 400% el índice de secuestros de sacerdotes, comparado contra el Gobierno del Lic. Felipe  Calderón”, añade el organismo.

Según información recogida por la Agencia Fides, México, en donde viven 92.9 millones de católicos bautizados, es el primer país en el mundo occidental con el mayor número de sacerdotes asesinados. Los países de Venezuela y Burundi, le siguen en la lista que publicada por la agencia con corte a 2014.

La Agencia Fides se fundó el 5 de junio de 1927 y es la primera agencia misionaria de la Iglesia católica.

En este contexto de violencia en contra de clérigos de la organización, el próximo año el Papa Francisco realizará una gira en México.

De acuerdo con el itinerario tentativo, el Papa se prepara para visitar Ciudad Juárez, una vez conocida como la capital mundial del asesinato; el estado de Michoacán, con fuerte presencia de las guardias comunitarias y donde en diciembre del año pasado asesinaron al Padre Gregorio López Gorostieta, además de Chiapas, donde aún hay fuerzas derivadas del levantamiento zapatista indígena de 1994 y es el punto de entrada actual para los migrantes centroamericanos que huyen de la violencia extrema en sus países, y son violentados en México.

Los asuntos  a tratar en la visita papal no se han dado a conocer oficialmente, algunos analistas en asuntos religiosos como Bernardo Barranco, aseguran que la gira del Pontífice no será color de rosa para el Presidente Peña Nieto porque el Papa sacará a la luz temas fuertes y delicados como la migración y la violencia, incluida la que han vivido en carne propia los sacerdotes de su iglesia.

En febrero pasado, el Papa Francisco expresó su deseo de que Argentina se encuentre “a tiempo de evitar la mexicanización” de su territorio, en referencia al avance del tráfico de drogas.

El Pontífice respondió una carta que le había enviado Gustavo Vera, referente de la Organización No Gubernamental “La Alameda”, con la que Francisco trabajaba antes de asumir al frente de la Iglesia católica.

“Veo tu trabajo incansable a todo vapor. Pido mucho para que Dios te proteja a vos y a los alamedenses. Y ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización. Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror”, escribió Francisco en la carta que fue difundida el 22 de febrero por Vera a la prensa.

Según el dirigente social, en el texto le había informado a Francisco acerca del “crecimiento sin pausa del narcotráfico y las próximas denuncias” que realizará la organización al respecto.

Aunque dos días después la Santa Sede precisó que las palabras del Papa Francisco sobre el riesgo de “mexicanización” de Argentina no tenían “una intención estigmatizante hacia el pueblo de México” y reconoció el esfuerzo que está realizando el Gobierno del país en la lucha contra el narcotráfico.

El sexenio de la muerte

El onceavo asesinato de un sacerdote católico en México ocurrió el pasado lunes en el municipio de Nopalucan, en el estado de Puebla. Erasto Pliego de Jesús fue hallado  sin vida y con señales de tortura al borde de un camino rural de la colonia La Granja.

El religioso había sido reportado como desaparecido desde el pasado fin de semana, lo que provocó que autoridades y parroquianos iniciaran una intensa búsqueda.

El cura fue capturado la tarde del lunes por personas no identificadas cuando iba a bordo de su camioneta Chevrolet Trax 2015, color blanca, placas UAB-6890. Otra versión señala que integrantes del Comité Parroquial explicaron que el jueves sostenían una reunión con él para organizar las posadas de diciembre “cuando llegaron dos hombres a buscar al cura, quien los dejó entrar a su hogar y argumentó que se trataban de unos exseminaristas”.

“La Arquidiócesis de Puebla lamenta profundamente que un sacerdote cuya vida estaba consagrada a Dios y al servicio de los demás haya sido víctima de la violencia”.

Sin embargo, no es el único en lo que va del año ni en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto. Este medio digital intentó contactar con la Arquidiócesis de México para conocer la postura de la Iglesia católica respecto a los ataques que han sufrido sus clérigos en los últimos años, pero hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.

Año 2013:

  • El 5 de febrero, el padre José Flores Preciado fue asesinado dentro del templo de Cristo Rey en Colima. Los delincuentes arribaron el templo Cristo Rey cerca de las 11 de la noche para asaltar el templo, al percatarse de la presencia del sacerdote en el lugar lo sometieron y golpearon.
  • El padre Ignacio Cortez Álvarez fue asesinado el 22 de julio en Baja California. La Procuraduría General de Justicia estatal informó que el móvil fue robo con violencia. Era responsable de la parroquia María Auxiliadora en el municipio de Ensenada.
  • Los sacerdotes Hipólito Villalobos Lima, de 45 años y Nicolás De la Cruz Martínez, de 31 años,  fueron encontrados muertos en la Parroquia de San Cristóbal, en el municipio de Ixhuatlán de Madero, en el estado de Veracruz el 29 de noviembre.
  • El padre Joel Román Salazar, de la Diócesis de Ciudad Altamirano, Guerrero falleció el 10 de diciembre de 2013.

Año 2014

  • El misionero y padre John Ssenyondo de origen Ugandés, trabajaba en la Diócesis de Chilpancingo- Chilapa, Guerrero cuando fue levantado y secuestrado en el poblado de Nejada el 30 de abril de 2014. Fue encontrado en una fosa común el 28 de octubre de ese año en Cocula, Guerrero.
  • El sacerdote José Ascención Acuña Osorio, de 37 años de edad, fue levantado y secuestrado el 21 de Septiembre de 2014, su cuerpo fue encontrado en el río Balsas, el 23 de Septiembre, muy cerca del pueblo de Santa Cruz de Las Tinajas, en el municipio de San Miguel Totolapan (región de Tierra Caliente de Guerrero).
  • El padre Rolando Martínez Lara, párroco del templo de Santa María de Guadalupe, Canalejas, Jilotepec, Estado de México, fue asesinado el 19 de febrero de 2014.
  • Gregorio López Gorostieta, conocido como el Padre Goyo, fue encontrado sin vida el 25 de diciembre con un impacto de bala en la cabeza en Ciudad Altamirano, Michoacán.

Año 2015

  • El padre Francisco Javier Gutiérrez Díaz, fue encontrado muerto el 7 de abril de 2015 con impactos de bala en la cabeza y abandonado en un camino de terracería cercano a los poblado de Ojo de Agua de Ballesteros y San Nicolás de la Condesa, en el municipio de Salvatierra, en el estado de Guanajuato.
  • El Padre Erasto Pliego de Jesús, fue encontrado muerto la tarde del lunes 16 de noviembre en la colonia La Granja del municipio de Nopalucan, Puebla. Había sido reportado como desaparecido desde el pasado fin de semana.

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Violencia en Puebla

La inseguridad en Puebla alcanza a todos los sectores de la población, incluyendo a los religiosos. En los últimos meses el estado se ha convertido paulatinamente en un lugar de residencia y operación de jefes del crimen organizado en el país. Los choques violentos entre grupos delictivos y los arrestos de diversos capos así lo han revelado.

En septiembre pasado, SinEmbargo publicó una investigación de Fernando Montiel Tiscareño, especialista en Estudios de Paz, quien retomó una infografía de la empresa norteamericana de consultoría en materia de inteligencia Stratfor en la que se detalla la geografía del narcotráfico en México dividida por colores según grupos y áreas de influencia.

Según Stratfor calificó al estado de Puebla como plenamente integrado al área de influencia de los grupos que controlan el corredor atlántico desde Tamaulipas.

Montiel Tiscareño también reveló que a principios de noviembre apareció una comunicación que causó alerta en Puebla. Se trataba de un comunicado firmado por R19 Gente Nueva Cartel de Sinaloa en el que se anunciaban acciones violentas que tendrían lugar en un conjunto de municipios de Puebla y Oaxaca.

Se hablaba de toques de queda, se identificaban aliados y se señalaban líderes.

Para el analista Fernando Montiel, el texto firmado por el R19, Gente Nueva, Cártel de Sinaloa tiene mucha información y gracias a ello, ofrece amplias posibilidades de análisis.

El contenido del texto es congruente y verificable en casi todos los puntos. Por ejemplo: efectivamente existe un grupo de choque llamado Gente Nueva, el cual está  asociado al grupo delictivo conocido como el Cártel de Sinaloa.

Efectivamente existe un grupo llamado Los Ántrax que operan en concierto con Gente Nueva y el Cártel de Sinaloa. También es verdad que la configuración actual de las disputas entre las organizaciones presenta al Cártel de Sinaloa en colisión con aquellos señalados como enemigos.

De igual forma, varios de los municipios referidos en el documento coinciden con eventos recientes asociados a la delincuencia organizada, para el caso de Puebla, entre otros: robo de combustible (Tehuacán y Texmelucan), enfrentamientos armados (Quecholac) y ejecuciones (Tepeaca y Palmar de Bravo) y el punto anterior además daría sustancia y lógica efectiva a la amenaza de “limpia” con “la Barredora” en Puebla y Oaxaca –como anuncia el texto los futuros choques armados.

Desde Guerrero se pide seguridad

“Estamos en una etapa de la historia, en un momento de nuestro país, en el que se han ido perdiendo muchos los valores. Vivimos en una sociedad sin valores, es una sociedad donde no se valora la vida, ni la persona, no se respetan las investiduras”.

La delincuencia organizada está detrás de los asesinatos a sacerdotes que cumplen con la misión de apoyar a las poblaciones abandonadas a su suerte y en las garras de los criminales, dijo el párroco de Tlapa de Comonfort, Guerrero, Mario Campos Hernández en entrevista para SinEmbargo.

El también fundador de las policías comunitarias en la Montaña de Guerrero llamó a las autoridades mexicanas a garantizar la vida y la seguridad, no sólo de los curas que luchan desde sus iglesias para contrarrestar la embestida del crimen organizado, sino de toda la población.

Campos Hernández lamentó el asesinato del sacerdote católico Erasto Pliego de Jesús en Puebla y recordó que en Guerrero fueron asesinados ya varios religiosos que luchaban desde las homilías y la organización con el pueblo, por contrarrestar al crimen.

“Por supuesto que detrás está la delincuencia organizada, que cuando ven que son afectados sus intereses, buscan impedir que crezcan estos procesos que generan conciencia, organización, proyectos y vida. Es muy lamentable que no se respete la vida, ni se valoren los ideales de las personas, no sólo de sacerdotes: ideales de justicia, igualdad y dignidad”, indicó.

El cura agregó: “tenemos que redoblar esfuerzos y trabajar muy duro, no sólo por los sacerdotes, sino por todas las personas”.

El sacerdote recordó que en Guerrero los eclesiásticos comprometidos en procesos de organización y cuyo contenido en los mensajes de las homilías están orientados a “asumir la responsabilidad de lo que se vive en el estado”, afectan y “lastiman” los intereses del crimen organizado.

“En Guerrero han muerto varios ya muy comprometidos. El papel de un sacerdote es cumplir con su deber, si no se cumple con el deber, ¿para qué estamos? Hay que llamar a la reflexión, sobre todo a las personas que están involucradas en el crimen, secuestro y corrupción”, dijo.

Mario Campos creó en 1995 a la Policía Comunitaria, hoy Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de Guerrero, para hacer justicia por su propia mano, debido a la impunidad que imperaba en las comunidades de la Montaña.

Campos nació en una de esas comunidades pobres de Guerrero y fue en 1988 cuando se involucró en los proyectos de su comunidad, más allá de oficiar misas.

En Guerrero, Mario Campos es acusado por algunos de sus detractores de “propagar la Teología de la Liberación” y de “incitar” al pueblo a la violencia en sus misas.

El padre ha sido amenazado y en el 2000 sufrió un atentado, pero no se quebró, él siguió movilizándose a través de las Policías Comunitarias.

Ahora, luego de los crímenes en contra de sacerdotes, Campos indicó que no cuenta con seguridad especial, pero que sí toma en cuenta ciertos protocolos en las comunidades en donde se mueve.

“Soy un sacerdote, ando públicamente, no cargo seguridad, ni me preocupa, porque soy consciente que el trabajo que hago está bien hecho desde la conciencia que tengo, mi moral y mi evangelio”.

Sin embargo el párroco de Tlapa indicó que los sacerdotes que realizan labores, que pueden poner en peligro sus vidas, deben cuidar ciertos puntos.

“Lo que nosotros hemos ido trabajando aquí es el protocolo de seguridad, es decir, poner algunas bases para nuestra seguridad en las comunidades, desde cuidarnos a nivel personal, a la hora de salida. Decir dónde andamos, con quién andamos, es de lo más sencillo y práctico y tiene que hacerse”, dijo.

El pasado 3 de noviembre, los obispos de Guerrero consideraron necesario crear una “gran plataforma” para la reconstrucción del tejido social con una agenda común entre gobierno, iglesias, instituciones, organismos e incluso con los delincuentes, privilegiando la palabra como herramienta social y política.

“Abrir un diálogo incluso con los delincuentes, que también son parte de la sociedad”, indicó el Arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merelos, en un comunicado en el que además se informó que los obispos se reunirían con el Gobernador  de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, y el vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la presa la Parota (Cecop), Marco Antonio Suástegui Muñoz.

En dicho comunicado, los obispos aseguraron que el cambio de gobierno en el estado abría “la gran esperanza” para reemprender la ruta que conduzca a una vida “digna, justa y en paz”.

Expusieron que el nuevo gobierno inicia en “medio de una profunda crisis social, política, económica y en materia de derechos humanos”, pues Guerrero es el estado más violento del país, y “esta grave situación ha llevado a la polarización, la confrontación, la marginación, la desesperanza e incluso a buscar justicia por propia mano”.

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