Ecos de xenofobia y racismo en campaña electoral estadounidense

No es un asunto nuevo en la política estadounidense, que se use el temor a los extranjeros, nacionalidades o razas, para consolidar candidaturas, pero su fuerza es mayor que en tiempos recientes.

Donald Trump lanzó su campaña con un ataque hacia los mexicanos, la continuó con bombazos verbales hacia China y ahora pone la tapa al frasco sugiriendo que para proteger a los estadounidenses hay que ponerle una marca a los musulmanes.

En sus mítines políticos se ataca verbal y hasta físicamente a activistas pro inmigrantes y de otros grupos que lo oponen.

Otros precandidatos de su partido sugieren que hay que quitarle DACA a los jóvenes indocumentados y que la frontera aún no está segura, aunque el presidente Obama ha deportado a más de 2 millones de personas y numerosos estudios señalan que hay más mexicanos saliendo que entrando al país.

Muchos de sus seguidores subscriben a la idea de que son una “mayoría silenciosa”, una frase utilizada por el ex presidente Richard Nixon en campañas de los años 70 y que es considerada una referencia a la mayoría anglosajona de raza blanca del país.

Los extranjeros tienen la culpa

Una constante de esta campaña presidencial, hasta ahora, ha sido su enfoque en el peligro de los extranjeros: sean inmigrantes, refugiados, otros países supuestamente enemigos o un presidente que quizá no sea “tan estadounidense” como algunos piensan (la constante referencia a que Obama es musulmán o nació en Kenya, que el mismo Trump ha hecho o permitido).

A pesar de lo llamativo de estos mensajes, y de su intensidad, la xenofobia, o “miedo, hostilidad, rechazo u odio al extranjero” no es un síntoma único de esta campaña presidencial: ha estado presente durante toda la historia de este país.

Según Costas Panagopoulos, director del Centro sobre Política Electoral y Democracia de la Universidad de Fordham, en Nueva York, la diferencia es que en esta campaña se está manifestando en forma más abierta que en años recientes.

“Esto lo hemos visto a lo largo de la historia estadounidense. Lo que sí está claro es que hay una discusión mucho más explícita de temas como la raza, la religión y la inmigración”, dijo Panagopoulos. “Estos siempre han sido temas sensibles en este país”.

No obstante, y según otros expertos, esta campaña electoral también puede ser vista como la culminación de una ola de renovados sentimientos xenófobos que comenzó después de los ataques del 11 de Septiembre de 2001. .

Otros, ubican la parte más grave de esta ola en una fecha más reciente, tras la elección del Presidente Barack Obama en 2008.

La elección de Obama, que fue posible gracias a una nueva coalición racial en el corazón de la vida política estadounidense, fue muy inquietante para parte de la población blanca del centro y el sur del país”, indicó Hatem Bazian, profesor de estudios étnicos de la Universidad de California en Berkeley.

Trump no inventó la xenofobia ni el racismo, agregó Bazian. “El ha logrado aprovechar los sentimientos ya existentes y los ha sacado a la superficie”.

Temas constantes en Estados Unidos

Panagopoulos considera que muchos de los temas discutidos hoy tienen su origen en problemas que existen, y que “no han recibido la atención que merecen”.

“No importa si se habla bien o mal, o si las soluciones que proponen son buenas o malas, son preocupaciones que existen en este país y que no se han resuelto”, agregó el catedrático.

La inmigración, la discusión en torno a si “ciertas tradiciones religiosas” están de acuerdo con el carácter estadounidense, el terrorismo internacional, son temas legítimos, agrega el estudioso.  El tema racial también es una constante en el discurso político de Estados Unidos.

“La cuestión es que estos siguen siendo temas preocupanes”, agregó el estudioso. “Y si estos candidatos presentan o no soluciones viables, el asunto es que discutiéndolos consiguen adherentes”.

Buchanan, antes que Trump

En las elecciones del año 2000, Pat Buchanan, el precandidato republicano que luego se cambió al “partido de la reforma”, basó su campaña en una plataforma aislacionista, pro guerra y anti inmigrante.

“Ellos, nos están quitando a nuestro país, ellos están erosionando nuestra identidad”, dijo Buchanan entonces en una entrevista con NPR y en numerosas apariciones públicas.

En ese entonces, la campaña de Pat Buchanan produjo un comercial en el cual un estadounidense moría ahogado  por una albóndiga y al tratar de llamar al 911 no podía obtener ayuda porque la operadora lo interrogaba sobre una larga lista de idiomas.

“¿Alguna vez extraña el inglés? Vote por el partido que pone primero a los estadounidenses”, dice el comercial, mientras el hombre cae muerto, “víctima” del multilinguismo.

La diferencia entre entonces y ahora es que el candidato de la retórica extrema es un marginado y hoy en día es el favorito. Vea abajo el comercial en cuestión, de hace 16 años.

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