El orgullo de ser inmigrante

La Resolución 39 del Senado cortaría lazos con el magnate.

La Resolución 39 del Senado cortaría lazos con el magnate. Crédito: Getty Images

Cuando tenía 18 años, mi padre dejó su ciudad natal de La Paz, Bolivia, para venir a estudiar a Estados Unidos. A la misma edad, mi madre dejó Asunción, Paraguay, para unirse con su hermano en este país. Luego de conocerse, mis padres llegaron a la conclusión de que sus posibilidades futuras eran mayores aquí que en sus países de origen. Decidieron hacer un hogar permanente en EE.UU. y hoy son ambos ciudadanos. Millones de inmigrantes han tenido experiencias similares.

Por eso es duro para ellos y sus familias descubrir que su esfuerzo por forjar una vida mejor en EE.UU. no es suficientemente reconocido por algunos en esta nación de inmigrantes.

Usted ya debe estar harto de escuchar los comentarios racistas de Donald Trump sobre los mexicanos y la inmigración. Tal vez hasta se haya reído cuando se enteró de los planes del magnate-político para construir, a un costo billonario, una pared entre México y EE.UU.

Quienes piensan que Trump es simplemente una broma deben tomar conciencia que sigue estando al tope de las encuestas en las primarias republicanas y que es tomado en serio por muchos. Sus planes pueden ser extremos, pero lo más importante es que su candidatura ha puesto de manifiesto que hay muchos estadounidenses que comparten sus puntos de vista sobre México y la inmigración, y que lo apoyan.

Quienes están honestamente preocupados por el flujo de inmigración indocumentada hacia EE.UU. deben tener en cuenta que ésta es el resultado de complejas fuerzas económicas y sociales, que no se solucionan levantando costosas barreras físicas. La solución parte de entender que todos somos inmigrantes, y que la inmigración no puede ser tratada como un delito.

-Noelia Morales es estudiante en Eugene Lang College-The New School en Nueva York.

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