Zapotecas enfrentan a proyecto eólico en Oaxaca

El Megaproyecto Eólico del Sur, un ambicioso proyecto que busca instalar en 5,000 hectáreas del Itsmo de Tehuantepec

México –  “¿Por qué el gobierno no nos escucha?¿Por qué ha dividido a nuestras familias? ¡No entiende que si nos quita nuestras tierras nos quedamos sin nada! ¿Por qué no comprende que queremos heredar algo a nuestros hijos como nuestros ancestros lo hicieron con nosotros?”

Alejandro Regalado, un anciano pescador de Oaxaca se estremece frente a las cámaras de la prensa al tratar de explicar su oposición personal y la de otros 1166 zapotecas al Megaproyecto Eólico del Sur, un ambicioso proyecto que busca instalar en 5,000 hectáreas del Itsmo de Tehuantepec 132 aerogeneradores de electricidad para empresas privadas.

Los indígenas simplemente no lo quieren porque lo suyo es el campo y la pesca, además de las afectaciones ambientales que ya comienza a generar estragos (cada molino de viento derrama 400 litros de aceite de desecho que se trasminan para contaminar la tierra y luego fluyen hasta el mar) y sobretodo porque se sienten timados.

Desde hace más de una década que representantes de empresas transnacionales, entusiasmados por el gobierno mexicano,  llegaron discretamente para analizar la viabilidad de convertir el viento del Itsmo en una oportunidad energética.

Según los biólogos y abogados que apoyan a los zapotecos, fue con este interés a largo plazo como las compañías comenzaron a arrendar las tierras por 2,000 o 3,000 pesos (unos 150 o 200 dólares) mensuales a los ejidatarios que son parte de la propiedad comunal.

No hacían nada ahí, sólo querían sustentar que tenían el lugar adecuado para solicitar los préstamos de dinero para sus proyecto. Por esta vía, “poco a poco lograron colocar 21 parques eólicos en todo el Itsmo”, detalló el biólogo Alfredo Saines.

Al darse cuenta de la “taimada” estrategia,  la comunidad del Espinal saltó, se organizó y demandó. La ley les dio la razón y en 2012 se canceló el proyecto que encabezaba la empresa Mareña Renovables que, entre otras cosas, violó el Acuerdo 169 de la Organización Internacional de consultar a los pueblos oriundos afectados.

Dos años después, la empresa volvió a la carga con otro nombre: Megaproyecto Eólico del Sur, bajo la promesa de realizar una consulta pero, jugó chueco.“No resultó ni previa, ni libre, ni informada, ni culturalmente apropiada”, afirma el abogado Ricardo Lagunes.

El problema fue que el gobierno (la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) no entregó los estudios de impacto en la región solicitados por los afectados, un análisis que realizó la empresa de Rodolfo Lacy Tamayo, actual subsecretario de planeación y Política Ambiental de la Semarnat.

“En total conflicto de intereses”, advierte Bettina Cruz, una de las indígenas afectadas.

Por todas estas irregularidades, en septiembre pasado un juez otorgó un amparo a los quejosos para que de manera temporal se suspenda el proyecto, pero los zapotecas quieren más. “Queremos la suspensión definitiva inmediatamente antes de que sea demasiado tarde”, advierte Cruz.

En esta nota

Crónica de México México
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain