La pornificación de la sociedad

Hace 10 años, cuando la mexicana Lydia Cacho, periodista y activista de los derechos humanos, empezó a investigar y escribir sobre la trata sexual y la explotación de menores, muchos de sus colegas decían que “estaba exagerando” sobre la dimensión del problema. Hoy en día, los expertos coinciden en que tanto ella como otros que se involucraron en el tema “se quedaron cortos”.

“Porque ahora la pornografía infantil es un problema enorme. México es el primer consumidor de pornografía infantil de América Latina, el segundo es Brasil, y luego vienen Colombia y Venezuela”, asegura la experta, quien estuvo de visita en Nueva York para participar del foro  Slavery Inc.: The Untold Story of International Sex Trafficking, organizado por el Instituto Cervantes NY. “Pero México es además un productor de pornografía infantil y antes no lo era”.

¿Cuál ha sido el cambio  más grave que has visto en el problema de la trata sexual?

Vivimos lo que algunos llaman la pornificación de la gente joven. Con el acceso libre a la pornografía en la internet, que también incluye a la infantil y de adolescentes,  se ha extendido terriblemente la pornografía en el mundo entero y está normalizando mucho las formas de explotación y de malos tratos sexuales.

¿Qué otros cambios has notado ?

Otra cosa que ha cambiado es que durante los últimos cuatro o cinco años Estados Unidos ha admitido el problema tan grave que tiene de trata sexual. Las autoridades norteamericanas el año pasado rescataron a mas de 5,000 chicas, la mayoría adolescentes, y una buena parte de ellas son americanas. Es un mito que sean inmigrantes. En los estados centrales, los más conservadores, es donde más trata de menores hay.  Lo positivo es que están empezando a documentar adecuadamente el problema, y ya hay un centro de investigación y respuesta de la trata sexual y se están implementando medidas.

¿Qué ha sucedido en Latinoamérica?

Algunos gobiernos que se resistían por completo a admitir el problema de la trata, y que pertenecen a los países donde comenzó la problemática mayor, que serían Argentina, Colombia y Venezuela, ahora ya tienen leyes y están entendiendo la magnitud del problema, que no habían querido mirar, por muchas razones.

¿Cuáles son los países latinos con la mayor problemática de explotación?

Depende mucho de qué explotación hablemos. Por ejemplo Bolivia, Guatemala, El Salvador, y ahora Paraguay con la tremenda crisis económica que han tenido, tienen el problema más grande de explotación sexual de niñas y niños, y la venta de menores para trabajar en el campo. Colombia sigue siendo un país con mucha trata de mujeres adolescentes, relacionada directamente con los carteles.

¿Cuál crees tú es la razón del aumento de este problema?

El problema principal se relaciona con la pornificación de la sociedad. En la medida que las chicas de 12 y 13 años crean que lo más valioso de ellas es su apariencia o su cuerpo, y en la medida que la industria de la cirugía estética se promueva tan bien con las adolescentes, esto va a continuar. Es normal que las adolescentes en nuestros países quieran 5 mil dólares para operarse, y es difícil que una chica de esa edad tenga esa cantidad,  y entonces lo que encuentran es enganchadores que les ofrecen dinero fácil por hacer bailes exóticos o modelaje. Más o menos el 80 por ciento de las chicas que son coptadas, son coptadas a través de mensajes de Facebook y anuncios que promueven trabajos inmediatos que ofrecen mucho dinero. Se está promoviendo la cultura de la superficialidad.

¿Es un problema que afecta a niños y niñas por igual?

El Centro para la Investigación de la Infancia Perdida y Explotada de los Estados Unidos dice que uno de cada seis menores que salen de sus hogares por violencia, termina en el mercado de la explotación sexual dentro del país. Y según las estadísticas que tenemos en estos momentos, por cada cinco niñas hay un niño. Es parecido en todo el mundo, aunque cada vez hay más expertos que aseguran que las estadísticas de niños abusados es mucho mayor, pero no se documenta lo suficiente porque la mayoría de la gente se fija en las niñas y no en los varones. Hay una lección importante que aprender.

 ¿Qué se debe hacer para atacar este problema?

Paralelamente se necesitan dos cosas importantes, que tienen ver con el cambio. Una es la educación de los niños y niñas con relación a sus derechos sexuales y reproductivos, y sus derechos directamente relacionados con la dignidad humana. Y la otra es la capacitación de los cuerpos policiales, que son increiblemente machistas, en todos nuestros países, incluyendo a los Estados Unidos, y siguen culpabilizando a las chicas.

¿Cuál es el mensaje final que quieres dar?

Son muchos, pero el mensaje más importante para cualquier sociedad tiene que ver con los papás, las mamás, los abuelos, con quienes educan, y es que mientras no asumamos una educación con una perspectiva de género, es decir, asumir por qué una niña es niña y un niño es niño, y qué significa la feminidad y masculinidad en nuestras sociedades, y esto se vincule sobre el poder que tenemos sobre nuestro cuerpo y nuestra dignidad, van a seguir incrementándose este tipo de crímenes. Los padres tienen mucha pena de hablar sobre estos temas, y la pornografía infantil llegó para quedarse, no hay poder para erradicarla, por lo que es urgente que en las escuelas y en las casas se empiece a hablar de ella.

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