Cuando decir que no a la cirugía

Cuatro procedimientos muy comunes que no funcionan tan bien como soluciones más simples

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Crédito: Shutterstock.

Los doctores solían rutinariamente extraer las anginas, hasta que la investigación descubrió que el dolor, los riesgos y los costos del  procedimiento normalmente superaban sus beneficios. Esos días han terminado, pero la investigación sugiere que algunas personas podrían seguir recibiendo cirugías que no necesitan. Estos son cuatro procedimientos que hay que cuestionar si el médico insiste en realizarlos:

Cirugía de rodilla

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La cirugía artroscópica para recortar o remover un desgarre de menisco, el cartílago que acojina tus rodillas, es la cirugía ortopédica más común en Estados Unidos. Las tasas de incidencia de esta cirugía han aumentado en un 50% en los últimos 15 años, y hoy en día se realizan alrededor de 700,000 cada año. Sin embargo, la investigación muestra que a menudo no es mejor para aliviar los síntomas que la fisioterapia. Y en un estudio del New England Journal of Medicine, pacientes a quienes se les practicó una “cirugía falsa” (en la que los cirujanos realizaron una pequeña incisión y luego simularon el resto del procedimiento) tuvieron resultados igual de buenos que quienes tuvieron la cirugía real. Otro estudio muestra que las personas que se sometieron al procedimiento son más propensas a desarrollar artritis que quienes no lo hicieron.

En resumen:
Si estás sufriendo de dolor de rodilla relacionado con la edad y una resonancia magnética revela un desgarre, primero prueba descansar, hielo, un aparato ortopédico, medicamentos antiinflamatorios de venta libre y fisioterapia.

Cirugía de la arteria carótida

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Los bloqueos en las arterias carótidas, que suministran sangre al cerebro, incrementan el riesgo de un ataque cerebral. Por lo tanto, parecería que la cirugía para limpiar las arterias, un procedimiento llamado endarterectomía carotídea (CEA, por sus siglas en inglés), es una buena idea. Algunos médicos coinciden. Ellos pueden detectar problemas al escuchar con un estetoscopio la sangre en esas arterias y, en caso de escuchar un sonido preocupante, ordenar un ultrasonido. Pero si tienes 75 años de edad o más, los riesgos del procedimiento, que incluyen un ataque al corazón y ataques cerebrales, normalmente superan los beneficios. Eso podría decirse incluso en personas más jóvenes, a menos que tengan un riesgo muy alto de un ataque cerebral. Sin embargo, la investigación sugiere que al menos 20% de los pacientes que se someten a una CEA no son buenos candidatos.

En resumen:
El procedimiento tiene más sentido para una persona de entre 40 y 75 años que ha tenido un ataque cerebral o un “mini ataque cerebral”, o que corre un riesgo muy alto. De no ser tu caso, pregunta si los medicamentos y los cambios a tu dieta y tus hábitos de ejercicio serían una mejor opción.

Fusión vertebral

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Conforme envejecemos, el sobrecrecimiento del hueso que rodea el canal raquídeo puede pellizcar nervios y causar un dolor ardiente en los glúteos que se expande a lo largo de la pierna. Un tratamiento común para esa afección, llamada estenosis espinal, alivia la presión al remover parte del hueso y el tejido. Pero muchos cirujanos ahora combinan ese procedimiento, llamado laminectomía, con otro, llamado fusión vertebral, que tiene como propósito estabilizar la columna. El número de procedimientos de fusión aumentaron en un 67% en pacientes de Medicare entre 2001 y 2011. Pero, para la mayoría de las personas, no hay evidencia de que añadir la fusión funcione mejor que hacer solo la laminectomía. La fusión también conlleva más riesgos y cuesta más. Hay una buena probabilidad, de hecho, de que no necesites ninguna cirugía. En un estudio publicado en abril de 2015, los pacientes que se sometieron a fisioterapia tuvieron resultados igual de buenos que los pacientes que se practicaron una cirugía.

En resumen:
Si tienes estenosis espinal, haz la prueba con 6 a 8 semanas de fisioterapia antes de considerar la cirugía. Si la cirugía termina por ser necesaria, elige una laminectomía, a menos que tengas una vértebra desplazada o escoliosis (curvatura de la columna).

Histerectomía

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Nuevas terapias, incluyendo un dispositivo intrauterino (IUD) con progesterona y embolización de la arteria uterina, han hecho que la histerectomía sea un tratamiento menos común para los fibromas uterinos y el abundante sangrado que esos tumores pueden provocar. Aún así, aproximadamente el 18% de las histerectomías realizadas por razones no cancerosas son innecesarias, de acuerdo con un estudio de 2014. Cuando resultan necesarias, algunos cirujanos aún extraen el útero a través de una gran incisión abdominal y no vaginalmente, si bien ése y otros planteamientos más recientes normalmente son preferibles.

En resumen:
Asegúrate de que se hayan considerado opciones no quirúrgicas. Si optas por una histerectomía, pide que se realice la forma vaginal, o mínimamente invasiva, del procedimiento.

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