Una singular estrategia para combatir el cáncer de piel

Ante el creciente número de casos de cáncer de piel en EEUU, es prioritario tomar medida más prácticas

protector solar

La loción que se ofrece de forma gratuita es de alta calidad, con un factor de protección solar 30 y válida para frenar tanto los rayos UVA como los UVB. Crédito: BBC

Cuando en su juventud jugaba al baloncesto bajo el radiante sol de Florida, Estados Unidos, James Teper no era consciente de los peligros de ese juego. En aquella época, hace más de cuatro décadas, no había tanta información sobre los riesgos de una excesiva exposición al sol.

A partir de sus 35 años, Teper fue diagnosticado con distintos cánceres de piel poco agresivos y desde ese momento comenzó a cubrirse totalmente siempre que salía al aire libre. Sin embargo, hace unos años, rondando los 70, la situación de Teper se complicó: le diagnosticaron un melanoma maligno que resultó en cáncer de hígado.

“Por más que llevaba protegiéndome durante los últimos 30 años, ya era demasiado tarde, el daño ya estaba hecho“, le dice Teper a la BBC.

Alta incidencia del cáncer de piel

Los casos de cáncer de piel están al alza en todo el mundo, pero ese dato no parece ser suficiente para cambiar el comportamiento de la gente que adora el sol. ¿Cómo persuadir a las personas para que cambien un hábito de toda la vida?

En Florida, un estado privilegiado en cuanto a la presencia del sol, una de cada cinco personas sufrirá de cáncer de piel en algún momento de su vida. En este contexto, la ciudad de Miami Beach dio un paso adelante para ayudar a reducir el riesgo de adquirir cáncer de piel cuando se está disfrutando del sol.

Desde el pasado marzo y de forma gradual, la ciudad colocó 50 dispensadores de protector solar en lugares públicos, incluyendo piscinas y la playa, con la esperanza de que esto anime a más personas a protegerse. En el proyecto también participan el centro médico Mount Sinai y la empresa Destination Brands.

proteccion playa

Residentes y turistas pueden untarse, de forma gratuita, una loción con factor de protección solar (SPF) 30, que protege contra los rayos UVA y UVB. Este último dato es muy importante, porque no basta con protegerse de los rayos UVA.

“Hay tres tipos diferentes de radiación ultravioleta: UVA, UVB y UVC“, le explica a la BBC Jose Lutzky, jefe del programa de melanoma en el hospital Mount Sinai, con más de 20 años de experiencia en el tratamiento del cáncer de piel.

Los rayos UVC son en su mayor parte filtrados por la atmósfera; UVA y UVB son los rayos que deben preocuparnos. Estos son los que pueden dañar nuestro ADN y causar cáncer de piel”, añade.

¿Funcionan estas campañas?

Las autoridades de Miami Beach esperan que esta iniciativa ayude a reducir los casos de cáncer de piel, pese a que harán falta meses e incluso años para evaluar si el proyecto tiene éxito. Sin embargo, si la vara de medir son antiguas campañas, las perspectivas son poco prometedoras.

Los estudios reflejan que sensibilizar a la gente sobre un tema no conduce necesariamente a un cambio de actitud. Incluso aquellos que dan los consejos, como doctores y enfermeras, no son mejores a la hora de protegerse del sol.

“Hay una brecha entre el conocimiento y el comportamiento”, le dice a la BBC Richard de Visser, psicólogo de la Universidad de Sussex (Reino Unido) que ha investigado diversas campañas de salud. “Por ejemplo, la mayoría de los fumadores conocen los efectos perjudiciales del tabaco pero esto no significa que dejen de fumar”, señala.

Pero una forma probada de cambiar los comportamientos es ofrecer señuelos que impulsen a las personas a actuar de manera diferente. “La visibilidad de los dispensadores de loción, incluso sin un mensaje adicional, puede dar pie a la acción”, explica De Visser. “Si la gente ha olvidado ponerse crema, o considera que es demasiado cara para comprarla, esto les anima a usarla”.

El ejemplo de Australia

Un consejo para que una campaña de salud sea más eficaz es centrarla en los aspectos positivos de un cambio de hábito. Investigadores estadounidenses repartieron folletos para ver si una sutil diferencia en las palabras utilizadas en los mensajes sobre exposición al sol influía en el uso de protector solar.

El estudio constató que sensibilizar a la gente sobre resultados positivos, como por ejemplo lucir una piel más joven, les hacía más propensos a aceptar la loción solar que cuando el mensaje se centraba en el cáncer de piel. Otro factor importante es la disposición de las autoridades a invertir en esta clase de proyectos.

playas australia

Un ejemplo claro es Australia. Por más de 30 años, la inversión del gobierno para cambiar políticas y extender mensajes educativos hizo que el concepto de seguridad frente al sol se grabara en el pensamiento colectivo de los australianos.

Concretamente, en 1980 el estado de Victoria lanzó la campaña “Slip! Slap! Slop!”, en la que aparecía una gaviota en dibujos animados, de nombre Sid, que animaba a la gente a “vestir una camisa, ponerse crema solar y colocarse un sombrero”. La campaña ha evolucionado, no sólo en su oferta de material educativo sino también como garantía de que políticas como “sin sombrero no se juega” se aplican en las escuelas.

“Hemos visto una reducción significativa de las tasas de quemaduras por el sol pero también, igualmente importante, una disminución en el deseo de la población por tener un bronceado”, indica Craig Sinclair, director de la sección de prevención en el Consejo del Cáncer en Victoria, Australia.

“Ahora, cuando muchos otros países occidentales ven cómo aumenta el índice de melanoma en todos los grupos de edad, en Australia sin embargo vemos una fuerte reducción en los grupos más jóvenes”, agrega. Pero Sinclair advierte que los mensajes siguen siendo necesarios para que el impacto sea mayor.

“En Australia se adoptó un enfoque con múltiples componentes. No sólo lanzamos mensajes en los medios, también se hizo mucho trabajo en lugares clave como escuelas, oficinas y espacios deportivos”. ¿Qué quiere decir esto para el proyecto de Florida?

De Visser responde: “A menudo queremos tener una explicación sencilla del éxito o fracaso de una campaña, pero no siempre tiene que ser así. Determinados factores funcionan para ciertas personas en ciertos momentos. Pero el proyecto sí hará que algunas personas utilicen más el protector solar”. Y concluye: “Al final, sólo el tiempo dirá“.

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