Alegría con lágrimas por el beato Oscar Romero

Recuerdan a mártir salvadoreño con cantos

“Antes salíamos a manifestarnos y la Guardia Nacional (GN) nos agarraba a balazos. Así que la lluvia no nos asustó menos el sol inclemente”, dijo a La Opinión una señora, Sofía Sánchez, que vestía una camiseta blanca con la figura de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, a quien el Vaticano declaró oficialmente beato este sábado. Más de 300 mil personas en la plaza del Salvador del Mundo y sus alrededores fueron testigos de la impresionante ceremonia religiosa.
Sofía, de más de 50 años de edad, cantaba al compás del himno a Romero: “Profeta de pecho herido, siervo de la luz quemante, en el altar donde fuiste sacrificio y celebrante…”, mientras cantaba un hilo de lágrimas corrían por sus mejillas. No era la única. La profesora universitaria ya retirada, Carmen Álvarez decía: “Yo en esta hora recuerdo a mi hijo ya a varios jóvenes compañeros de él que murieron en los años del conflicto bélico”.

Testimonio vivo

Entre las manifestantes en la calle estaba la exguerrillera Olga Serrano, de la Asociación de Veteranos de Guerra de El Salvador (Alges), quien aseveró que “estamos participando en la beatificación como testimonio vivo de lo que significó el conflicto armado en nuestro país, y desde que se firmaron los Acuerdos de Paz venimos luchando por nuestros derechos como personas lisiados de guerra, por los cambios. Por eso nos hemos hecho presentes más de dos mil lisiados. Para nosotros esto es una gran esperanza de que El Salvador viva en paz, viva en tranquilidad, para eso luchamos. Monseñor Romero para nosotros ya era un santo, pero ahora se oficializa y es motivo de gran esperanza para el pueblo salvadoreño y para el mundo entero”.

Ventas favorables

Quienes aprovecharon la ceremonia que no tuvo precedentes fueron los vendedores ambulantes y de los comercios formales como la empresa Torogoz.
Carlos Villacorta, uno de sus empleados dijo que sus ventas durante el sábado en la vigilia y durante el acto de beatificación “fueron favorables”. “Tengo dos días de andar vendiendo, por lo que me darán una buena comisión. Lo que espero es poder terminar la venta de llaveros, pulseras y pines alusivos a Monseñor Oscar Arnulfo Romero”.

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