Nueve maneras para ahorrar en atención médica

Sácale más provecho al dinero que sale de tu bolsillo

Un seguro médico es una inversión. Hazla dar frutos.

Un seguro médico es una inversión. Hazla dar frutos. Crédito: Shutterstock

El seguro médico es imprescindible (sin hablar del requisito legal), pero no te protege por completo de los costos médicos. El plan promedio del empleador tiene un deducible individual de $1,135 y los planes populares Silver vendidos por los mercados del estado en el 2014, tuvieron un deducible promedio de aproximadamente $2,900. A continuación encontrarás nueve formas de obtener más valor de los dólares que gastas para el cuidado de la salud.

Un estimado del 30% de nuestros gastos de cuidado de la salud son innecesarios. Consumer Reports está asociado con un grupo de sociedades médicas en una campaña llamada “Choosing Wisely” (Cómo Elegir Sabiamente) para permitir que los pacientes se enteren qué cuidado podrían no necesitar. Por ejemplo, raras veces necesitas una radiografía, una tomografía computarizada o CT scan o una MRI para dolores de cabeza o dolor de espalda sin complicaciones o antibióticos para sinusitis. A menos que tengas alto riesgo de sufrir una enfermedad del corazón o tienes dolor de pecho u otros síntomas, los electrocardiogramas y las pruebas de esfuerzo son un desperdicio de dinero. Conoce más en ConsumerReports.org/choosing-wisely.

Obviamente, esta táctica funciona solo para situaciones que no son de emergencia. Pero, ¿sabías que el precio de una MRI de rutina podría variar hasta por cuatro veces entre los centros de imágenes que participan en tu plan de salud? O bien, ¿que un reemplazo de cadera electivo podría costar el doble en un hospital que en otro de igual calidad? La mayoría de las aseguradoras te permiten buscar al menos algunos precios negociados para tratamientos o pruebas al registrarte en su sitio web. Aprovecha ese servicio y ahorra.

Un creciente número de planes de salud cuentan con redes de proveedores en niveles. Si vas a un médico u hospital con el nivel más bajo, pagarás menos de desembolso directo que en un proveedor con un nivel más alto. De igual manera, la lista de medicamentos cubiertos de un plan, por lo general presenta tres o hasta cuatro niveles. Siempre que sea posible, selecciona un medicamento en el nivel más bajo disponible. Si tu médico te receta un medicamento en un nivel más alto, pregunta si se puede sustituir por otro medicamento de la misma clase en un nivel más bajo.

Incluso si tienes un plan que te permite usar médicos y hospitales no participantes, trata de no hacerlo. No solo te reembolsarán un porcentaje más pequeño, sino aún peor, es posible que el plan base su reembolso en lo que considera un precio justo por el servicio. Si el proveedor cobra más, lo que sucede con frecuencia, serás responsable por el saldo de la factura. Si debes ir fuera de la red, usa HealthcareBlueBook.com para buscar cuál es una tarifa razonable por el servicio y pedir al proveedor que la acepte con anticipación. Puedes incluso descargar un contrato para que los dos lo firmen.

Con los copagos del seguro en aumento, en realidad podría ser mejor pagar en efectivo por ciertos medicamentos genéricos. El año pasado, nuestros compradores secretos pagaron $4 por la receta médica para un mes de lovastatina a través de los programas de descuentos de medicamentos genéricos en Sam’s Club, Target y Walmart, en comparación con el copago de $10 para un medicamento genérico para el plan promedio del empleador.

Esto no funcionará para todos los tipos de medicamentos, pero cuando lo haces, el ahorro es grande. Si tienes acidez estomacal, sustituir el genérico de venta libre igualmente seguro y eficaz omeprazol (Prilosec) por la versión con receta médica esomeprazol (Nexium) te ahorrará más de $200 al mes. Ahorra más de $100 al mes al sustituir la loratadina (Claritin) de venta libre por levocetirizina (Xyzal), y más de $175 al sustituir el naproxeno (Aleve) de venta libre por celecoxib (Celebrex).

Aproximadamente el 20% de personas con seguro de grupo con el empleador están en planes de salud con deducible alto que vienen con Cuenta de Ahorros para Gastos Médicos (HSA). También puedes adquirir planes HSA elegibles de deducible alto en los Mercados de Seguros Médicos del estado. Las contribuciones a las HSA son deducibles de impuestos o incluso exentas de impuestos para la mayoría de los planes patrocinados por el empleador, y puedes retirar el dinero libre de impuestos si lo usas en gastos médicos calificados, como deducibles, copagos, dispositivos auditivos y anteojos. Y lo mejor, el dinero en una HSA es tuyo para siempre. Es un buen negocio, pero solo si pones primero el dinero en la cuenta.

Muchos empleadores ofrecen cuentas de gastos flexibles (FSA) a las cuales puedes contribuir con hasta $2,500 al año a través de deducciones a la nómina antes de impuestos para usar en gastos médicos calificados. Lo mejor sobre las FSA es que puedes gastar toda tu aportación anual proyectada de inmediato, incluso antes de poner todo el dinero y no tienes que reembolsarlo si dejas tu empleo antes del fin de año. Pero no deposites más de lo que puedes gastar en un año (algunos proveedores proporcionan un período de gracia de algunos meses para el siguiente año) porque perderás todo lo que haya quedado.

Los deducibles se reinician cada año, lo que quiere decir que estarás pagando más de desembolso directo por los servicios sujetos al deducible al inicio del año que más tarde en el año. Si estás llegando al final del año de tu plan y no has cumplido con tu deducible, trata de programar pruebas y procedimientos electivos antes de pasar al nuevo año cuando el deducible se restablece.

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