Pedro Hernández en el banquillo por asesinato de Etan Patz

Comienza el juicio por la muerte del niño ocurrida en 1979 en el vecindario de SoHo

Rosemary Hernández junto a su hija Becky en la corte.

Rosemary Hernández junto a su hija Becky en la corte. Crédito: Getty Images

Nueva York – Al entrar a la Corte Criminal de Manhattan Pedro Hernández intentó sin éxito encontrar a su esposa y su hija en la sala repleta de periodistas y espectadores. Las mujeres no respondieron con una señal. Luego, durante el inicio del juicio por asesinato en el caso del pequeño Etan Patz, quien desapareció a los seis años en 1979, el acusado no miró en ningún momento a la docena de jurados, siete hombres y cinco mujeres, que decidirán su suerte.

Hernández, quien vestía camisa fucsia, siguió perdido en su mundo durante toda la sesión mientras la fiscalía y la defensa presentaban sus argumentos iniciales. El puertorriqueño ni siquiera volvió la vista cuando un hombre afroamericano interrumpió las instrucciones generales del juez Maxwell Wiley al gritar: “¡Oye Pedro, eres culpable, lo he visto en mis sueños!”. El hombre tuvo que ser removido de la sala.


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En este primer día del juicio también asistieron los padres de Etan y su hermana mayor que usa silla de ruedas.

Expertos calculan que el complicado juicio podría durar tres meses. Este caso se reabrió en el 2012 después de que la Policía recibiera una pista que condujo a Hernández y luego que el hombre confesó el crimen después de más siete horas de interrogatorio que fueron grabadas y sin que se le leyeran los Derechos Miranda. Tras el arresto del hasta ahora único sospechoso, los forenses iniciaron una frenética búsqueda de restos en la zona cercana a Prince y West Broadway en el vecindario de SoHo en el Bajo Manhattan, donde se presume que el niño fue asesinado en el sótano de una bodega que ya no existe.

Joan Illuzi-Orbon, quien encabeza al grupo de fiscales, dijo que durante el juicio escucharán el testimonio de varios testigos que recuerdan la bodega que el pequeño frecuentaba como una “Meca para los buscadores de dulces”. Hernández, que cuando trabajaba ahí tenía 18 años, era visto como un hombre “sin amigos, tranquilo pero vigilante”.

Basado en una confesión del acusado de la que luego se retractó, la asistente del Fiscal de Distrito de Manhattan dijo que recrearían cómo Hernández atrajo a Patz al sótano con la promesa de una soda y luego lo ahorcó, lo envolvió en plástico, metió en una caja de cartón y lo abandonó en un basurero a pocas calles.

La Fiscalía anunció que recuperaría testimonios de que Hernández abandonó su trabajo por un rato ese día, 25 de mayo de 1979, y en los meses siguientes se cambió de la religión católica a la pentecostal. Años después le confesó primero a su esposa lo que hizo, un secreto que llevaría a resucitar el caso en el 2012.

El abogado defensor Harvey Fishbein inició el contragolpe con brío. “Lo que la fiscalía dice son supuestos. No hay evidencia. Cuando ocurrió el crimen el área fue revisada al derecho y al revés cuatro veces. No encontraron nada y nadie vio a Etan entre la parada del bus y la bodega”, dijo.

Fishbein describió a su cliente como “inconsistente y poco confiable”, y dijo que quien le entrevistó fue un psiquiatra experto en confesiones falsas y tardías, como el del ilusorio asesino de la niña reina JonBenét Ramsey.

“Hernández sufre de esquizofrenia y no puede discernir lo que es real y lo imaginario. Su coeficiente intelectual es de 70”, aseguró.

Respecto al interrogatorio de mayo de 2012, dijo: “Ustedes verán que mi cliente tenía frío y los detectives lo intimidaron al sentarse demasiado cerca”.

El equipo de Hernández redirigirá los focos en José Ramos, un violador de niños tras las rejas en Pensilvania, que en ese tiempo tenía una relación con una mujer que a veces cuidada a Etan. “Verán un video de 1982 con fotos de niños parecidos a Etan”, dijo Fishbein.

  • El niño Etan Kalil Patz, de seis años, desapareció cuando caminaba desde la puerta de su casa hasta la parada del autobús escolar, en el vecindario de SoHo, en Manhattan, 25 de mayo de 1979.
  • Pero no fue declarado legalmente muerto sino hasta el 2001.
  • Su desaparición ayudó a impulsar el movimiento para la búsqueda de los niños desaparecidos, que incluía nueva legislación y métodos para rastrear a los niños perdidos con fotos en cajas de leche.
  • La búsqueda de Patz involucró a más de cien policías y varios perros sabuesos. La búsqueda duró semanas y en principio los padres estuvieron entre los sospechosos, pero rápidamente eximidos.
  • Mayo 25 es considerado el Día Nacional de los Niños Perdidos desde 1983.
  • El caso ayudó a crear campañas para prevenir a los niños que caminan solos después de la escuela y la idea de que adultos desconocidos pueden ser peligrosos.
  • Hasta 2012 José Ramos fue considerado el principal sospechoso por la desaparición, pero nunca pudo ser acusado por falta de evidencia. Está tras las rejas por otros casos de acoso sexual a menores.

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