Caso de “Baby Hope” sin pruebas contundentes de ADN

La defensa de Conrado Juárez asegura que no habrá declaración de culpabilidad y que consideran ir a juicio

Nueva York – El abogado de Conrado Juárez dijo este jueves a la salida de la corte que “este no es un caso de ADN”, lo que podría significar que la fiscalía no tiene pruebas contundentes contra el acusado de violar y asesinar a la pequeña Anjélica Castillo, más conocida como “Baby Hope”. Por ello, el jurista solicitó dos mociones ante la jueza Bonnie Wittner, una de ellas la revisión de evidencia.

Durante la comparecencia este jueves en la Corte Criminal de Manhattan, a la que asistió Juárez, el defensor Michael Croce hizo la solicitud a la magistrada en presencia de la fiscal adjunta Melissa Mourges. Croce aseguró que la Fiscalía tiene evidencias en el caso, pero no pruebas de ADN “importantes”, lo cual garantizaría una condena de cadena perpetua para Juárez.

Crocer solicitó como primera moción desestimar la confesión inicial de su cliente alegando que este fue coaccionado luego de 15 horas de interrogatorio. La jueza Wittner negó la solicitud aduciendo que “la confesión fue suficientemente corroborada para cumplir con los requisitos”.

En la segunda moción referente a las pruebas de ADN, la jueza negó desestimar las encontradas en la hielera, así como las que le tomaron al acusado y dijo que en los dos casos se usaron las técnicas y procedimientos adecuados. Los documentos de la corte no confirman que la Oficina del Médico Forense haya encontrado que las muestras de ADN corresponden a Juárez.

Después de una breve conversación privada se dio a conocer que la próxima cita en corte se realizará el 9 de enero. El defensor aseguró que no habrá una declaración de culpabilidad por parte del acusado, y por ello consideran ir a juicio.

Durante la diligencia judicial, mientras la jueza se ponía de acuerdo con el abogado y la fiscal, Juárez permanecía esposado de manos a la espalda y vistiendo un enterizo color naranja del Departamento de Correccionales. El acusado se presentó con la cara y la cabeza completamente afeitadas y lucía con al menos 10 o 15 libras más de peso que cuando fue arrestado el pasado 11 de octubre del 2013.

El reo, quien contaba con una intérprete de español a su lado, no tuvo oportunidad de hablar y permaneció durante los casi 10 minutos que duró la sesión con el cuerpo inclinado hacia adelante y con un movimiento nervioso en sus pies calzados con zapatos deportivos blancos sin cordones, mientras tres oficiales uniformados lo rodeaban.

Juárez enfrenta un cargo de asesinato en segundo grado por la muerte de la niña cuando ésta tenía sólo cuatro años. El cuerpo de la pequeña fue encontrado por unos trabajadores de construcción en julio 23 de 1991 en un área boscosa del Alto Manhattan dentro de una hielera portátil.

El caso se convirtió en un símbolo emocional del NYPD dentro de sus casos sin resolver, hasta que el año pasado pudieron traer a Juárez ante las autoridades.

Dos años después de que encontraron el cuerpo de Anjélica, los restos fueron enterrados en una tumba donada y con un vestido blanco comprado por la esposa de uno de los detectives del caso. En la lápida que también fue pagada por los investigadores, se podía leer la inscripción: “Porque a nosotros nos importa”.

Cada 23 de julio desde 1991, fecha del hallazgo, la Policía recorrió los barrios vecinos repartiendo volantes y buscando pistas sobre este caso.

Finalmente en el 2013, una llamada anónima dio la pista que buscaban luego de la acostumbrada ronda anual. El dato los condujo hasta la hermana de Anjélica que hoy es una adulta y entonces pudieron identificar a la madre.

El nombre de Anjélica fue agregado a la tumba más de 20 años después del hallazgo.

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