Sexo para todos los gustos

El fetichista se obsesiona con objetos o distintas partes del cuerpo

Siempre y cuando no le cause daño al prójimo, cada persona tiene derecho a sus propias preferencias y gustos.

Siempre y cuando no le cause daño al prójimo, cada persona tiene derecho a sus propias preferencias y gustos. Crédito: Shutterstock

Sobre gustos no hay nada escrito, particularmente en los casos de preferencias poco comunes.

Las personas con fetichismos sexuales, por ejemplo, se excitan con objetos, partes del cuerpo o situaciones comúnmente no relacionadas con el acto sexual, y dependen de dichos objetos para sentir gratificación.

La palabra fetiche viene del portugués “feitico“, que significa talismán u objeto con falso poder, y era utilizada por los portugueses cuando llegaron a África, para describir las prácticas de ciertas religiones locales que veneraban tótems y otros objetos.

El fetichismo puede ser de varias índoles, desde religioso hasta sexual, y algunos expertos lo relacionan con comportamientos obsesivos y compulsivos.

Las personas supersticiosas, por ejemplo, le otorgan valor a objetos inertes como amuletos o símbolos religiosos, y creen que tienen un poder especial sobre sus vidas.

En el caso del fetichismo sexual, ciertos objetos despiertan despiertan el deseo sexual del individuo. Estos objetos pueden ser prendas, zapatos, ropa interior, partes del cuerpo, desde el cabello a la punta de los pies, o materiales como el cuero o el látex, entre otros.

Hay personas que tienen más de un fetiche, explica el doctor Joe Kort, Director del Centro de Relaciones y Salud Sexual.

Por cada mujer fetichista, existen 20 hombres con este tipo de fijación, indica. El doctor aclara que si bien un comportamiento puede no parecer “normal” para muchos, esto no significa que no lo sea para otros.

Kort describe la diferencia entre los términos que se usan para describir diferentes comportamientos sexuales.

El fetichismo es similar a la adicción sexual en el sentido de que es compulsivo, repetitivo y en algunos casos puede convertirse en ritual.

Se diferencia de la adicción porque puede incorporarse a la vida sexual de una persona sin interferir en ella.

Cuando la fijación comienza a consumir gran cantidad de tiempo y energía, los fetichistas deben buscar tratamiento psicológico, que los ayude a controlar la fijación.

Otro motivo por el cual algunos buscan ayuda y tratamiento es el sentimiento de vergüenza, causado por el estigma social que lleva asociado este tipo de comportamiento, y las dificultadas que este puede ocasionar en una relación sentimental.

Parafilia es un comportamiento sexual en el cual la fuente de placer no se concentra en la cópula.

Parcialismo es el foco sexual en una característica o parte del cuerpo en particular, explica Kort.

No se puede llamar patológico a un comportamiento, a menos que cause daño a niños o adultos, lo que lo hace ilegal, opina Kort. El doctor asegura que fetichismos, parcialismos y otras parafilias pueden incorporarse a la vida sexual de una pareja, siempre y cuando ambos estén de acuerdo, no infrinja en los derechos y libertades del otro y no cause peligros irremediables.

Básicamente, lo que cada uno hace detrás de puertas cerradas, es una elección personal. Si tienes una fantasía, y a tu pareja no le disgusta la idea, no hay motivo por el cual no puedas hacerla realidad.

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