Alarma por baile de la ‘ruleta sexual’ entre jóvenes

'Juego' pone a menores en riesgo de embarazos no deseados y enfermedades

En el 'carrusel sexual'  los chicos penetran rápidamente a las chicas sin ningún tipo de protección.

En el 'carrusel sexual' los chicos penetran rápidamente a las chicas sin ningún tipo de protección. Crédito: Thinkstock

Nueva York — Si antes resultaba escandaloso el reggaetón, el “perreo” y el “baile del choque”, ahora una peligrosa práctica captura la atención de los adolescentes: la “ruleta sexual”.

Los padres deben estar alertas porque este controversial juego pone en peligro el bienestar de los adolescentes que lo practican.

Lo que se sabe acerca de la “ruleta sexual” es que, mayormente, es realizada por adolescentes entre los 13 y 14 años. Supuestamente, van a fiestas privadas y después de alcoholizarse empiezan a bailar en círculo al ritmo de música erótica. Cuando el ritmo se detiene, el joven penetra a la muchacha que esté al frente y siguen bailando cuando escuchan la música. El joven que eyacule primero, pierde y lo sacan del círculo. Pero el intercambio continúa.

En un popular programa en Miami, salió a relucir que el también llamado “carrusel sexual”, se está jugando en los Estados Unidos. La práctica se ha popularizado en algunos países suramericanos como Colombia y Perú, y en el Caribe, pero también llegó hasta Japón.

Para el médico terapeuta y sexólogo Carlos Maldonado, estas prácticas exponen a los jóvenes a contraer enfermedades venéreas.

“No es una actividad sana, ni aunque use protección como condones o para no quedar embarazadas”, dijo el doctor Maldonado. “Primero que todo porque para tener sexo tiene que estar involucrado algún sentimiento, además a la edad adolescente no están en la capacidad de pensar responsablemente cuando están sobrios, peor cuando está involucrado el alcohol”.

“Lo más importante es la educación sexual a una edad temprana, enfatizó el especialista. “La educación comienza en casa, no esperen a que les enseñen en la escuela. Los padres deben aprovechar mientras ven una película o actividad sexual en la televisión para preguntarles a los hijos que piensan de eso y hablarles de las consecuencias y las enfermedades”.

Según el doctor, si los jóvenes tienen las respuestas a sus inquietudes, no tienen por qué ir a experimentar.

“Esto no quiere decir que no lo van a hacer, pero si se les explica los peligros y las consecuencias, entonces lo van a pensar. Es diferente”, afirmó Maldonado.

Una de las infecciones de transmisión sexual más comunes es el virus del papiloma humano, que lo contraen más del 50% de las personas activas sexualmente, de acuerdo con el experto. Esta enfermedad puede llevar a las mujeres a que desarrollen cáncer del cuello del uterino y, los hombres, el cáncer de la garganta o del ano.

El doctor citó otras enfermedades de este tipo como la clamidia, la hepatitis y el VIH.

Una madre, que prefirió no ser identificada, dijo que un sobrino le habló acerca de un juego parecido. “Lo que me dijo es que jugaban con una botella y un dado y que hacían lo que el dado dijera. Beso, manoseo y hasta sexo oral, pero me dijo que no tenían penetración”.

Para la colombiana, madre de un adolescente, la mayoría de jóvenes que incurren en el juego son anglosajones. Agregó que en la escuela privada a donde asistían, les empezaron a revisar sus páginas de Facebook e iniciaron charlas acerca de las enfermedades de trasmisión sexual y de las posibilidades de un embarazo.

“Parece ser que los que participan de esto son jóvenes que no son seguros de ellos mismos y es la única manera de conseguir chicas; y las niñas que más practican esto son las ‘gorditas'”, manifestó.

El Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York desconoce esta práctica, pero ofrecen recomendaciones para protegerse contra enfermedades de trasmisión sexual y embarazo en adolescentes.

Jóvenes entrevistados negaron haber escuchado sobre la “ruleta sexual” o participado en el mismo.

“Eso es loco”, dijo una joven colombiana en Jackson Heights después de escuchar en qué consistía el juego. “Nunca he escuchado de ese juego y nunca lo jugaría… creo que los que lo hacen son muchachitos de 13 años”.

Dos adolescentes que la acompañaban indicaron que tampoco saben de la práctica y que no lo jugarían por los riesgos de salud que implica.

“Me daría vergüenza, eso es algo sucio”, indicó la menor de las tres.

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