Autotransfusiones pueden causar la muerte

Este proceso común entre los ciclistas para favorecer su sistema inmunológico, pueden provocar serias fallas de órganos.

Las autotransfusiones pueden ser fatales.

Las autotransfusiones pueden ser fatales. Crédito: AP

Madrid (EFE).- Los riesgos que las autotransfusiones suponen para la salud, hasta el punto de “causar fallos de órganos y provocar la muerte”, centraron el testimonio de un experto independiente contratado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en la sesión de hoy del juicio de la Operación Puerto.

El perito alemán Yorck Olaf Schumacher completó hoy su declaración, interrumpida hace dos días por problemas con la traducción, en la que habló de los riesgos de las transfusiones en general y de las autólogas (con sangre propia) en particular, junto a los requisitos que debe cumplir el manejo de la sangre, tanto para su extracción y reinfusión, como para su conservación y traslado.

Schumacher, que es autor de investigaciones sobre la adaptación de las células sanguíneas al ejercicio físico y ha elaborado un informe que se ha incorporado a la causa, rechazó los argumentos del doctor Eufemiano Fuentes -uno de los acusados- sobre los beneficios de las autotransfusiones después de un ejercicio físico como el de los ciclistas para ayudar al sistema inmunológico.

“Las transfusiones de sangre no pueden realizar ese propósito porque representan un desafío para el sistema más que una ayuda”, dijo antes de hablar de posibles efectos secundarios, ya que “mientras la sangre está en la bolsa algunas células viven y otras mueren, pero siguen en la bolsa hasta el momento de la infusión”.

“Cuando se hace la reinfusión todo eso entra de golpe en la sangre y el sistema inmunológico tiene que enfrentarse a ello y pueden surgir distintas situaciones. Una reacción normal sería fiebre, sensación de tener mucho calor o mucho frío, y si no se trata puede llevar al fallo de órganos, porque los residuos bloquean los órganos y pueden provocar la muerte”, explicó.

Schumacher, especialista en medicina interna y deportiva, indicó que podría achacarse a una autotransfusión una muerte ocurrida cinco años después de la misma: “Si hay daños que afecten al riñón podrían provocar la muerte. La insuficiencia renal avanza muy lentamente y el deterioro puede ocurrir durante años”.

En respuesta al abogado de Fuentes, comentó que algunos de los efectos secundarios que pueden producir las autotransfusiones han sido descritos por ciclistas que ya han declarado en el juicio y confirmó que se han producido “positivos” por éstas “basados en el pasaporte biológico”, como los de los corredores Franco Pellizotti y Pietro Caucchioli, sancionados por el TAS.

El perito también aseguró que la sangre debe conservarse a “temperatura monitorizada y constante” y consideró que una mochila y un frigorífico no son adecuados para su transporte y custodia.

“Una habitación de hotel no tiene lo necesario para reaccionar ante un evento adverso durante una transfusión y la cadena de transporte no es la segura, no es una unidad móvil. No es apropiado transportar bolsas de sangre en mochilas estándar”, apuntó.

Igualmente enumeró los trámites obligatorios para proceder a las extracciones o reinfusiones, como los reconocimientos del donante y el receptor y su autorización e identificación -con nombre, no con códigos-, junto a la fecha en que se realizan.

Según comentó, entre el 3 y el 6 por ciento de las bolsas de sangre para transfusiones autólogas se infectan durante la preparación o la transfusión. “Si la sangre se inyecta demasiado fría puede provocar arritmias mortales”, agregó.

Schumacher aseguró que las autotransfusiones en deportistas sanos persiguen “mejorar la capacidad de transporte de oxígeno y el rendimiento del deportista en un evento de ejercicio extenuante” y relacionó su práctica con deportes como atletismo, esquí o ciclismo aunque también habló de fútbol.

“En fútbol, una transfusión permite al jugador correr más y así conservar el balón más tiempo en su poder”, afirmó el alemán, que trabaja como experto independiente para el laboratorio antidopaje de Lausana, que dirige la unidad del pasaporte biológico contratado por la UCI.

Preguntado sobre si conocía los tratamientos que hacía Eufemiano Fuentes, señaló que ha “visto los calendarios y ha tratado de averiguar” en qué consistían, pero que no ha podido “llegar a ningún concepto de tratamiento médico”.

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