¿Cuál corazón sufre más: el de ellas o el de ellos?

Las mujeres sufren más infartos al corazón que los hombres.

Un hombre se somete a un electrocardiograma: las mujeres son  más propensas a infartos inesperados que ellos.

Un hombre se somete a un electrocardiograma: las mujeres son más propensas a infartos inesperados que ellos. Crédito: Associated Press

El corazón de las mujeres es mucho más sufrido que el de hombres.

No es que amen más que ellos o sufran más desamores. El motivo va más allá del sentimiento.

De acuerdo con varios estudios científicos, una mujer sufre un ataque al corazón cada 90 segundos en este país.

“No es que no les importe su salud: es que pocas saben reconocer los síntomas para prevenir un infarto”, explica el doctor Juan Rivera, cardiólogo con práctica en la ciudad de Miami.

“Pocas veces se da cuenta que tiene un infarto, porque los síntomas los confunde con otras enfermedades”, asegura el médico.

Una mujer identifica los síntomas cardiacos un promedio de dos a cuatro horas más tarde que los hombres.

“Eso se debe a que en las mujeres los síntomas son atípicos y ni ellas ni muchas veces los doctores los detectamos rápidamente”, señala.

El corazón es un músculo hueco llamado miocardio que, a su vez, se recubre en el lado interno y externo por el endocardio y el pericardio, respectivamente. Pesa 450 gramos y con sus 12.5 centímetros tiene la fuerza para bombear la sangre por cada rincón de nuestro cuerpo.

Late a un promedio de 70 veces por minuto en estado de reposo y se ubica entre los pulmones.

El especialista y columnista en varios medios (drjuan.net/blog), explica que el corazón de las mujeres sufre más, precisamente, por la dificultad de relacionar sus síntomas con los infartos y porque las molestias se prolongan por más tiempo.

Los infartos al corazón son la causa número uno de muertes en este país, como en otros que llevan la etiqueta de industrializados.

Aunque en los últimos años se ha reducido esta tendencia en los hombres, no ocurre lo mismo con las mujeres.

La tasa de mortalidad en ellas continúa aumentando de manera alarmante, de acuerdo con el especialista.

La diferencia entre hombres y mujeres está hasta en la manera en cómo padecen las enfermedades del corazón.

A diferencia del hombre, explica el cardiólogo, la mujer no padece los síntomas clásicos: dolor en la parte izquierda del corazón, presión sobre le pecho (lo que llaman el síntoma del elefante sentado encima del pecho) y dolor que se irradia por todo el brazo izquierdo hasta la quijada.

Rivera dice que en el caso de la mujer los siguientes síntomas deben levantar sospechas de un posible infarto o enfermedad del corazón: falta de energía, cansancio excesivo, dolor persistente en la espalda, dificultad respiratoria y dolor en la parte superior del abdomen.

“Esto hace pensar, muchas veces, que son síntomas de cualquier otra enfermedad menos seria y no buscan ayuda”, especifica el médico.

Hacerse los exámenes regulares cada año ya no son una garantía. No en el caso de la dectección de problemas coronarios.

Ni siquiera el ejercicio constante puede evitar que una persona sufra de un infarto.

En un estudio físico regular, que por lo general las personas se hacen cada año, se les supervisa la presión arterial, la revisión de azúcar en la sangre, el colesterol bueno y malo, y los triglicéridos, por mencionar algunos. Sin embargo, esto no es suficiente.

Rivera dice que, lamentablemente, más del 30% de las personas que experimentan un infarto presentaban factores normales en los resultados de esos estudios.

Lo que debería ser una práctica regular en todos los médicos, además de los mencionados, es realizar una tomografía computarizada del corazón y un análisis de la sangre avanzado.

La tomografía, explica, sirve para identificar si se está desarrollando placa en las arterias.

En este estudio se determina la puntuación de calcio coronario.

Además, recomienda un análisis más profundo de la sangre, el cual permita medir el tamaño de las partículas de colesterol, porque mientras más pequeñas, mayor facilidad tienen de pasar a través de la red arterial.

Las mujeres, sobre todo las latinas, se caracterizan por cuidar de toda la familia; se preocupan por los hijos, el esposo, los padres y se dejan ellas en último plano, sobre todo en cuanto a supervisión médica se refiere.

“No debe ser así”, señala el doctor Rivera. “Eso es algo noble y muy lindo, pero es el momento de cuidarse”.

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