Drama de inmigrantes dominicanos a escena
'Tragedia en la Yola' retrata las desventuras de quienes cruzan el mar en busca de un futuro mejor
Nueva York Desde la República Dominicana muchos toman la decisión de cruzar el Mar Caribe, parten del Canal de la Mona hacia Puerto Rico, para encontrar lo que ellos consideran “un futuro mejor” en los Estados Unidos.
Aprovechándose de ese deseo de superación, gente sin escrúpulos les ofrecerá la posibilidad de entrar sin papeles al país del norte, y por tan solo algo de dinero, varios aceptarán esa oferta.
Sin embargo, lo que ellos consideran el inicio de un viaje maravilloso, pronto se convierte en una pesadilla en la que inclusive pueden perder la vida.
Esta historia se repite un innumerable número de veces alrededor de toda Latinoamérica, y es por ello que el actor y director dominicano Ronald Sterling se dio a la tarea de narrar varias de estas historias con el fin de que los jóvenes tomen conciencia sobre los peligros que enfrentan al buscar una salida fácil a sus dificultades.
“El campesino vende su vaca, el chofer su carro, el limpiabotas tiene que dejar su lugar en el parque, la niña del salón vende su peluquería, el padre roba el diezmo de sus feligreses y la madre pone en riesgo a su hija, todo para irse en la yola”, comenta.
“No solo eso, también hay un ‘Tigre’ (un joven famoso) que coge la yola; a una actriz la tiran al agua porque le da la luna (el periodo), y cuando a alguien le da la luna, los tiburones le caen atrás a la yola”, dice Sterling sobre las historias que se cuentan en la obra.
Aunque suena bastante dramático, la puesta en escena que cuenta con 60 actores profesionales y es dirigida por el mismo Sterling, también contará con un poco de comedia, canto y baile, como ya es característico de los dominicanos.
“Queremos concientizar a los jóvenes dominicanos y latinos en general de que éste no es el único camino. Estos botes (yolas) salen de la República Dominicana y otros países para venir a los Estados Unidos. Pero en el camino, muchos venden sus pertenencias, hipotecan sus propiedades y al final para muchos todo resulta ser en vano”, concluye.
