Muere inmigrante mexicana tras negarle ver a sus padres

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos impidió que María Sánchez viera a su familia antes de morir en Houston de un tumor espinal inoperable

Hace dos años, María Sánchez fue expulsada del Hospital John Sealy, una unidad de la red de salud de la Universidad de Texas, en Galveston, luego de que se descubriera que era indocumentada.

Hace dos años, María Sánchez fue expulsada del Hospital John Sealy, una unidad de la red de salud de la Universidad de Texas, en Galveston, luego de que se descubriera que era indocumentada. Crédito: Archivo/Ciro Cesar / La Opinion

Dallas – Una inmigrante mexicana falleció en Houston, Texas, cuatro días después de que funcionarios estadounidenses se negaron a permitir que sus padres, a los que no había visto en nueve años, cruzaran la frontera para visitarla en su lecho de muerte.

María Sánchez, de 26 años, murió a las 16:30 horas del domingo en su casa, a consecuencia de un tumor espinal inoperable, dijo su esposo, Luis Aguillón, en declaraciones hoy al periódico The Houston Chronicle.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, negó una “excepción de perdón humanitario” que habría permitido a los padres de Sánchez, el ingresar a este país desde México para verla.

La dependencia informó que la emisión de la “excepción de perdón humanitario”, constituía una medida extraordinaria que se concede sólo para una “emergencia muy convincente”.

La solicitud fue negada debido a que el padre de Sánchez, fue deportado a México hace 13 años por encontrarse en forma indocumentada en este país. Una solicitud de permiso para la madre de Sánchez también fue negada.

Hace dos años, Sánchez fue expulsada del Hospital John Sealy, una unidad de la red de salud de la Universidad de Texas, en Galveston, luego de que se descubriera que era indocumentada.

La expulsión de Sánchez, en enero de 2011, se dio luego de haber sido diagnosticada y justo cuando estaba siendo preparada para una intervención quirúrgica en la que se buscaría extirpar el tumor, que entonces tenía el tamaño de un plátano y que crecía a lo largo de su columna vertebral entrelazado en sus vértebras.

Aguillón, quien tiene residencia legal en Estados Unidos, traslado a su esposa y su hija Melissa de cinco años de edad, a Houston para que Sánchez pudiera recibir tratamiento en el hospital público Ben Taub del Condado de Harris.

La enfermedad de su esposa, obligó a Aguillón a quedarse en casa y atender las necesidades de la paciente a medida que la enfermedad le menoscababa sus capacidades para valerse por sí misma.

Aguillón pudo trabajar de forma esporádica hasta que la condición de su esposa lo orilló a que permaneciera a su lado en forma constante.

Aguillón dijo al Houston Chronicle que trasladará el cadáver de su esposa a México, para sepultarla en su lugar de origen.

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