Sudamérica

Analistas de diversos tanques de pensamiento opinan acerca de los desafíos que enfrentan los procesos políticos en Venezuela ante la ausencia de Chávez, la negociación por la paz en Colombia, la inminente reelección de Correa en Ecuador y los dilemas internos peruanos.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa (c), saluda a los asistentes al encuentro que  mantuvo con la comunidad ecuatoriana de Barcelona.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa (c), saluda a los asistentes al encuentro que mantuvo con la comunidad ecuatoriana de Barcelona. Crédito: efe

Nueva York — La incertidumbre por la continuidad del chavismo, la apuesta colombiana por el punto final a la guerra, la inminente reelección presidencial en Ecuador y los procesos internos peruanos en 2013, están en la mira de los analistas de diversas corrientes de pensamiento de Estados Unidos.

El liderazgo construido por Hugo Chávez sería muy difícil de reemplazar, aún con una presencia carismática como la de su homólogo ecuatoriano Rafael Correa, quien se apresta a reelegirse en febrero. Así opinó Michael Shifter, de la organización Diálogo Inter Americano.

Si bien el cáncer mantendrá a Chávez alejado de la toma de decisiones, incluso ante una eventual sucesión –independientemente si Nicolás Maduro logra acceder al Ejecutivo–, la oposición tiene el gran reto de recomponerse frente a su figura, fortalecida por las recientes elecciones locales en las que el oficialismo se adjudicó 20 de las 23 gobernaciones.

“La única ‘buena noticia’ de este evento electoral es que Henrique Capriles no fue derrotado y retuvo la gobernación de Miranda y se mantendrá como elemento fuerte dentro de la oposición”, manifestó por su parte Cynthia Arnson, directora del programa de América Latina del Woodrow Wilson International Center for Scholars.

“Hay encuestas que dicen que Capriles tiene mucho apoyo, pero éstas no han tomado en cuenta el factor emocional a favor de Chávez”, añadió la analista. No obstante, el oficialismo también deberá superar rivalidades internas –el Presidente ha sido un elemento cohesionador poderoso- y la elección como gobernadores de dos ex militares -Henry Rangel Silva y Ramón Rodríguez Chacín- señalados por presuntos vínculos con el narcotráfico y las FARC, respectivamente, que ha encendido la señal de alarma con los países vecinos.

“Los niveles de corrupción y la inseguridad ciudadana son desafíos enormes para el país”, apuntó.

Venezuela mantiene un alto porcentaje de homicidios; para 2009 se calculaba una tasa de 43 por cada 100 mil habitantes, producto del narcotráfico y rivalidades entre pandillas juveniles. Ante la restricción de información estadística oficial, el Observatorio Venezolano de Violencia calcula que en realidad podrían ser hasta 67 las muertes violentas por cada 100 mil habitantes.

“Los Estados Unidos están particularmente interesados en el futuro de la relación Cuba-Venezuela-Alba (Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América)”, indicó por su parte Ray Wasler, analista político senior de la Fundación Heritage. “Alba no va a terminar con la (eventual) muerte de Chávez, ni la línea anti-americana… van a seguir”, destacó.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se juega la credibilidad de los colombianos y del mundo al haber anunciado una negociación –bajo términos y periodos concretos- con la narcoguerrilla de las FARC, que se plantea como definitivo para poner punto final a la guerra interna que lleva prácticamente medio siglo.

Aunque el mismo mandatario ha dicho que la negociación tiene que durar meses, nunca años, y ha puesto como límite noviembre de 2013, no contaba con el sorpresivo impacto negativo que a la actual gestión ha causado el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya en un diferendo limítrofe con Nicaragua, que fraccionó el Archipiélago de San Andrés.

Según la más reciente encuesta bimensual Gallup (diciembre), que mide la opinión de los ciudadanos respecto al desempeño del mandatario, se refleja una disminución de cinco puntos. Superar ese desencanto popular y fortalecer el gobierno es el principal reto de Santos, afirmó Shifter.

“El gobierno tiene que ser fortalecido para negociar con las FARC”, señaló el analista de Diálogo Inter Americano. “Si el gobierno está débil, esto lo afectaría, a pesar de tener un buen equipo que aborda el fin del conflicto con la narcoguerrilla”.

“Es inconcebible pensar que Santos hubiera apostado (por el proceso) si las FARC están realmente dispuestas”, sostiene al respecto Arnson –del Wilson Center. Recordó que Colombia presenta un crecimiento económico dinámico, pero pareciera que Santos no está capitalizando estos resultados en su beneficio.

“Aquí en Washington, entre los conservadores, hay muchas dudas, especialmente porque las FARC decidan finalmente ceder ante las condiciones de Santos, especialmente el cese al fuego sin concesiones territoriales”, apuntó Walser.

El 4 de enero inicia oficialmente la campaña electoral presidencial en la que Rafael Correa se perfila como inminente ganador.

Todos los analistas consultados por El Diario/La Prensa comparten la opinión que Correa está en una posición muy fuerte. Para Shifter, “los precios del petróleo lo benefician mucho”. El principal desafío para la oposición, que actualmente se presenta desarticulada, es configurar un frente común.

A menos de 60 días del tramo final de la carrera electoral, el Presidente cuenta con el apoyo pleno de Alianza País y según la reciente encuesta de la empresa Perfiles de Opinión, aventaja ampliamente al resto de los ocho candidatos. Lo separan más de 50 puntos de su contrincante más cercano, el exbanquero Guillermo Lasso. Sin embargo, se prevé una gran cantidad de votos en blanco (9.3%) y nulos (7.4%).

Arnson sostiene que la renta petrolera beneficia mucho al actual mandatario porque le permite hacer inversión en programas sociales y, además, puede hacer una “campaña permanente, muy sesgada, a favor del oficialismo”.

“Su popularidad, más la división de la oposición, más la falta de reconocimiento del resto de candidatos por parte de la población lo hacen un candidato difícil de doblegar. Es fácil para el Gobierno dividir y vencer”, apuntó.

Correa ha dicho que si es reelecto en febrero próximo no dudará en retirarse en 2017. Hay quienes lo perfilan como el sucesor de Hugo Chávez como líder del movimiento socialista en Suramérica, aunque él lo descarta y prefiere ceder el espacio a sus pares de Bolivia, Evo Morales, o de Argentina, Cristina Kirchner.

“Es una buena noticia que piensa retirarse, la misma Constitución habla de la alternancia en el poder”, indicó Arnson.

El doctor Walser destacó el interés que para Estados Unidos representa 2013, en términos de renovar los acuerdos comerciales con Ecuador, basados en el compromiso por erradicar el narcotráfico.

“¿Qué tanto podría influir además el caso de Julian Assagne? Por ahora está un poco olvidado en las noticias, así que no lo sé”, cuestionó.

El 2012 fue año ocupado en la gestión de Ollanta Humala, acercando las posiciones con Chile por el acceso al mar, los movimientos sociales contra la industria extractiva y el indulto al ex presidente Alberto Fujimori en agenda. Contrario a muchos países latinoamericanos, ha sido un buen año para las finanzas estatales y privadas.

El escritor peruano radicado en España, Santiago Roncagliolo, afirmó: “Ollanta piensa que el momento económico es propicio para el Perú, y que las empresas transnacionales pueden contribuir a financiar la inclusión social. En el fondo, como todos los políticos peruanos, quiere ser Lula: tener el apoyo de los ricos pero los votos de los pobres. Pero la poca paciencia de los pobres ya le ha traído más de un dolor de cabeza, y este año tendrá que mostrar que el equilibro es posible”.

Arnson afirma que Humala tiene el reto de consolidar su política social para hacer frente a las desigualdades de la población y, además, de contener y resolver los conflictos alrededor de las industrias energéticas y mineras.

Estados Unidos y Perú tienen buenas relaciones, recordó Walser. “Humala no ha tomado la bandera del socialismo y ambos países han sacado provecho del Tratado de Libre Comercio. El problema más fuerte es el incremento en la producción de cocaína. La tendencia de Humala es de un líder pragmático en su trabajo”, puntualizó.

Los analistas estiman que la petición de indulto para el expresidente Alberto Fujimori –condenado en 2009 a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad- aduciendo que padece de cáncer, es un tema bastante incómodo para la gestión de Humala.

“Allí (Humala) tiene que ser muy cuidadoso (porque si autoriza el perdón) perdería grandes apoyos, como (Mario) Vargas Llosa, entre otros”, señaló Shifter.

“El indulto a Fujimori, más allá de sus aristas jurídicas, dependerá de que (el presidente) necesite a los Fujimoristas en el parlamento. Mientras pueda gobernar sin ellos, procurará evitarlo para no irritar a sus partidarios de izquierda”, finalizó Roncagliolo.

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