Crudos testimonios de indígenas violadas en Guatemala

Una mujer indígena asiste  a un alto tribunal en Ciudad de Guatemala para ser escuchada como víctima de esclavitud sexual durante el conflicto armado.

Una mujer indígena asiste a un alto tribunal en Ciudad de Guatemala para ser escuchada como víctima de esclavitud sexual durante el conflicto armado. Crédito: EFE

Guatemala – La justicia de Guatemala comenzó ayer a escuchar unos desgarradores testimonios de un grupo de mujeres de la etnia Q’eqchí’, que aseguran haber sido violadas por militares durante el pasado conflicto armado (1960-1996) en este país.

Durante una audiencia, el titular del Juzgado B de Mayor Riesgo, Miguel Ángel Gálvez, explicó que hasta el próximo viernes desfilarán por el alto tribunal quince mujeres indígenas que darán su testimonio bajo la figura de “prueba anticipada” de lo que sufrieron durante la guerra.

Apoyadas por cuatro psicólogas y tres traductoras de la lengua maya Q’eqchí’ y dos fiscales, las primeras dos mujeres testificaron ante el juez haber sido abusadas sexualmente por soldados en 1982.

Madre de nueve hijos, cuatro de ellos ya fallecidos, Catalina Caal Rax aseguró entre lágrimas que tres soldados la violaron de forma consecutiva porque no supo decirles donde se encontraba su esposo, Salvador Maquín.

La violaron, sostuvo a través de la traductora Vilma Chub, en su propia casa delante de su hija Nat que apenas tenía tres meses de nacida.

“Es verdad lo que digo. Fue muy triste y muy doloroso lo que yo sufrí”, manifestó Caal, quien cree tener 70 años de edad.

Tras la violación sexual, por la que sufrió graves hemorragias, según sus palabras, huyó a la montaña, en donde tres de sus hijos murieron de hambre y otra, que estaba embarazada, dijo, fue “macheteada” por los soldados.

Al igual de Caal, Rosario Xo afirmó, a través de la traductora Ana Ramírez, que tres soldados la violaron en un río una semana después de que los militares capturaran a su esposo Luis Xo Xol en una iglesia.

“Me dijeron que tirara la tinaja (con la que iba al río por agua para consumo), me sujetaron a la fuerza, me pusieron un arma en el pecho y tres soldados me violaron. Los otros observaban narró”.

Al momento de los abusos sexuales, comentó, iba acompañada de su hijo Alberto, de 4 años, “que pegaba gritos de ver lo que me hacían”.

Xo dijo que huyó a la montaña junto con sus tres hijos, pero ellos murieron de hambre uno por uno.

Esta mujer indígena, que no recuerda tampoco cuántos años tiene, señaló que volvió a su comunidad “prácticamente desnuda” porque el traje con el que huyó a la montaña se le había deshecho por la lluvia.

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