Pandillas mexicanas son el azote de Brooklyn

Barrios latinos viven bajo la amenaza constante de violentos grupos pandilleros

Brooklyn.- La muerte, el hospital o la cárcel. Esas son, según expandilleros, los tres destinos visibles para muchos adolescentes mexicanos que crecen en vecindarios inmigrantes de Brooklyn.

En barrios como Sunset Park y Brighton Beach, vecinos reportan que las pandillas se han vuelto más agresivas, reclutando a niños cada vez más pequeños, desatando peleas violentas, extorsionando empresarios, traficando armas ilegales, y creando pequeñas redes de prostitución.

Aunque el problema no es nuevo, activistas comunitarios reportan que las nuevas pandillas, integrados por mexicanos, son “más activas”, en comparación con las gangas de otras diásporas que antes azotaron sus vecindarios.

“Las pandillas de otras comunidades prefirieron otro rumbo, como los Ñeta, o son menos visibles. Lamentablemente los jóvenes mexicanos tomaron ese lugar”, apuntó el sociólogo y reverendo de la Iglesia Luterana de la Trinidad, Samuel Cruz, quien lleva siete años de activismo en Sunset Park.

Cruz agregó que varias organizaciones comunitarias mexicanas y latinas están tomando cartas en el asunto.

El activistaDavid Galarza destacó que los chicos necesitan dirección y no detención, en referencia a la práctica de la policía de parar y registrar a sospechosos en la calle, conocida como Stop and Frisk, como mecanismo para disuadir de actividad criminal.

En 2010, el Cuartel 72 creó un taller para padres acerca de cómo identificar jóvenes con problemas de pandillas.

Ante la creciente actividad de gangas en el vecindario, líderes comunitarios y religiosos planean solicitar a la policía un nuevo programa.

La Policía confirmó la presencia de mexicoamericanos en las pandillas de ahora. Las gangas que más activas, informaron, están en Brooklyn y Queens y destacan por preferir cuchillos y machetes. A diferencia de otros grupos, son más territoriales y menos organizadas.

En 2009, el Cuartel 72 detectó a 410 miembros de pandillas en Sunset Park, de los cuales 170 eran mexicanos.

En 2011, se registraron 303 incidentes relacionados con pandillas en la ciudad, en comparación con 228 en 2010.

La pandilla mexicana Escuadrón-Los Panchitos, de Brighton Beach, es rival de los Niños Malos y constantemente se enfrentan por el dominio de sus territorios.

Vecinos de Sunset Park comentaron que la Tercera Avenida es escenario común de las peleas entre grupos de 30 a 50 muchachos.

Escuadrón-Los Panchitos es parte de la Raza Loca, aguerrida contrincante de la Gran Familia Mexicana.

Mario (nombre ficticio), un expandillero de 20 años, comentó que se identifican con los colores negro y café, tatuajes de la Santa Muerte y sus iniciales SDN (Escuadrón) y PCS (Panchitos).

El hombre explicó que entró a la pandilla a los 14 años y su “bautizo” consistió en recibir golpes de tres contrincantes.

“Para entrar debes soportar la paliza sin caerte. Las mujeres deben tener relaciones con todos”.

Mario indicó que la ganga se caracteriza por usar machetes y “picahielos” fabricados por ellos mismos (un trozo de metal de “ocho dedos” que afilan en la acera), pero las armas de fuego también son parte de su defensa.

“Se compran armas con otras gangas o con contactos en las calles. Una escopeta cuesta $800 y un revolver de nueve milímetros $500 o $600”.

El muchacho destacó que aunque la pandilla está integrada por mexico-americanos, sólo se habla español. Apuntó que así prendió a hablar mejor el idioma de sus padres.

Convivir con los pandilleros se ha convertido en algo normal en estos barrios.

Un pequeño empresario mexicano que prefirió el anonimato, indicó que para quienes se dedican al negocio de los eventos musicales, más vale estar bien con los “Niños Malos” – una pandilla mexicana que se originó en la década de los 90, es la que reclama como suyo a Sunset Park.

Según la Policía, es parte de La Gran Familia Mexicana, una coalición de pandillas que opera en los cinco condados y Nueva Jersey.

“Hasta hace unos meses organicé bailes en el barrio. Los pandilleros me contactaron y me pidieron dinero para proteger mi publicidad”, dijo el empresario, que lleva 18 años viviendo en Sunset Park.

Agregó que pagó de $150 a $200 por evento para que sus anuncios no fueran destruidos.

“También les pagué con boletos para los bailes. Nadie aquí los quiere tener de enemigos”.

El expandillero dijo que consiguen dinero del tráfico de marihuana y cocaína en piedra (una “grapa” cuesta $20) y el cobro por protección a los dueños de burdeles.

“Los burdeles deben pagar por trabajar en nuestro territorio. Se exigen un porcentaje de las ganancias del día. También intercambiamos “viejas” (prostitutas) entre pandillas y negocios”.

Mario comentó que muchas de las chicas eran menores.

El chico destacó que la pandilla acostumbra amedrentar a vecinos que “chivatean” (denuncian) a la Policía alguna actividad delictiva.

Residentes de Coney Island comentaron que Escuadrón-Los Panchitos tuvieron mayor poder en su vecindario, pero en los últimos años otra pandilla mexicana es la que aterroriza el lugar. La Raza (que no tiene ninguna relación la Raza Loca) tomó el poder de las calles.

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