Brooklyn: Tierra de descuartizadores

En menos de un año, dos personas han sido arrestadas por asesinar a otros y luego cortarlos en pedacitos

Las escenas de estos asesinatos son bien complejas para las autoridades.

Las escenas de estos asesinatos son bien complejas para las autoridades. Crédito: Archivo

“Porque no tenía otra opción”.

Con esa excusa, ya son dos los residentes de Brooklyn que se transforman en carniceros tras asesinar a otro ser humano.

El caso más reciente todavía estremece a buena parte de la comunidad de Sheepshead, donde los residentes de un edificio llevaban varios días sintiendo un fuerte olor a carne podrida. Sin embargo, no fue hasta este martes que vinieron a enterarse de que la fuente del hedor era el cuerpo descuartizado del vecino Aleksandr Zilbergleyt, de 55 años, quien fue asesinado por su compañero de apartamento el pasado 25 de marzo.

Según confesó a la Policía Sergey Mamontov, inmigrante ruso de 50 años, “no me quedaba ninguna opción” que no fuera descuartizar a su compañero para poder deshacerse del cuerpo.

Aunque compartían el mismo techo, en su testimonio Mamontov relató que Zilbergleyt era un desconocido. Ambos discutían frecuentemente, aparentemente por los problemas personales del hoy difunto. Fue luego de una fuerte discusión que se cayeron a golpes y el silencio se impuso con la llegada de la muerte.

Entonces, Mamontov descuartizó el cuerpo de su compañero fallecido y echó los restos en cubos llenos de cloro. Pero antes de eso, el carnicero humano separó los músculos y órganos de los huesos, pasando los primeros por una trituradora de carne. Los huesos fueron almacenados en el congelador, mientras los demás restos se echaron a cubos de cloro para desintegrarse.

En la escena del crimen, se encontró una parte de la tórax, varios dedos y otros pedazos del cuerpo que aún conservaban su forma.

La mutilación de Zilbergleyt se produce ocho meses después de la muerte de Leiby Kletzky, un judío ortodoxo de ocho años, residente de Brooklyn, secuestrado por Levy Aron, un miembro de la comunidad. Tras descuartizar el cuerpo del niño, el asesino confesó a la policía que no le quedaba “ninguna otra opción”.

Arrestado en julio, Aron todavía no ha podido ser sometido a juicio ya que sus abogados reclaman que sufre de varios trastornos mentales.

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